Ángela Álvarez, la cantautora cubana que hizo historia en el 2022 al ganar el Latin Grammy en la categoría Mejor Artista Nuevo teniendo 95 años de edad. La artista nonagenaria falleció la madrugada de este viernes, según informó su nieto, el compositor y productor Carlos José Álvarez, a Billboard Español.
La intérprete que tenía 97 años se despidió de este mundo terrenal tranquilamente en Baton Rouge, Louisiana, rodeada de su familia y seres queridos, agregó el músico, quien produjo su álbum debut homónimo de 15 cortes, lanzado de forma independienteen junio de 2021. Sin embargo su nieto no informó acerca de la causa de muerte.
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“Me siento muy afortunado de haber compartido a nuestra abuela con el mundo. Ella fue un regalo para mí”, expresó Carlos José Alvarez.
“Lo que logramos juntos fue extraordinario. Es un ejemplo de valentía, amor y la importancia de mantener vivos los sueños. Nos enseñó cómo el arte puede sanar en tiempos de adversidad”, agregó.
Continuó: “Poder trabajar con ella cambió mi vida. El regalo que pensé que le estaba dando, fue en realidad un regalo que ella me dio a mí y, a su vez, al mundo. Ella siempre decía: ‘Quiero dejar este mundo sabiendo que mi música seguirá viva’, y así será. Su vida fue plena y su legado sigue brillando”.
Por su parte la Academia Latina de la Grabación se valió de sus redes sociales para lamentar su deceso:
Nunca es tarde
Nacida el 13 de junio de 1927 en Camagüey, Cuba, Ángela Álvarez aprendió a cantar y tocar el piano a temprana edad, y más tarde tomó la guitarra y comenzó a escribir sus propias canciones. “Me gustaba mucho la música”, dijo a Billboard Español en noviembre de 2022 desde Baton Rouge, a donde la llevó décadas atrás el trabajo de su esposo como ingeniero mecánico de la industria azucarera. “Cuando yo era niña, yo tenía dos tías que tocaban el piano y ellas me enseñaron a cantar. Cuando había reunión de familia, yo era la artista; me hacían vestidos y siempre me gustó actuar”.
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Llegó a considerar la música como profesión al terminar la escuela secundaria, pero ni a su padre — ni a su marido años después — les parecía un tipo de vida adecuado para ella. Así que siguió adelante con su vida. Pero la música siempre estuvo ahí para ella, y la ayudó a sobrellevar los altibajos de la vida — desde el amor y la maternidad, hasta casi dos años separada de sus hijos tras el triunfo de la Revolución Cubana, cuando se suponía que iba a viajar con ellos a Estados Unidos pero no le permitieron abordar el vuelo; a sus incansables esfuerzos por reunir a su familia y la eventual pérdida de su amado esposo y, años más tarde, de su única hija, ambos por cáncer.
“Yo pienso que la música es el lenguaje del alma”, dijo Alvarez en la misma entrevista, estimando que había escrito alrededor de 50 canciones, entre ellas “Romper el yugo”, “Añoranzas”, “Mi gran amor” y “Camino sin rumbo”, todas incluidas en ese primer y único álbum que desembocó en una improbable nominación a mejor artista nuevo, y su eventual victoria (en un empate con Silvana Estrada, quien era 70 años más joven).