Barranquilla se inundará de letras a partir de este jueves con la realización de la primera edición de la Feria Internacional del Libro de Barranquilla, Atlántico y Caribe (FILBAC), evento literario que se extenderá hasta el domingo y que contará con una nutrida agenda.
Serán más de 60 invitados nacionales e internacionales los que arribarán al Centro de Eventos Puerta de Oro para compartir sus experiencias. Entre este selecto grupo de autores destaca el nombre de la poeta y escritora Andrea Cote Botero, oriunda de Barrancabermeja, Santander, quien es la actual ganadora del Premio Casa de América de Poesía Americana por su obra Querida Beth, que muestra los dramas y alegrías de una migrante colombiana en Estados Unidos.
El jurado destacó de la colombiana una “poesía certera y emocionante con hallazgos estilísticos continuos y un tono rabiosamente contemporáneo”.
Cote Botero reflexionó para EL HERALDO la importancia de eventos nacientes como este y también compartió con nuestros lectores algunos aspectos relevantes de su obra.
“Las ferias regionales son muy importantes para mí porque soy una poeta que también se formó en la región y siento que estas oportunidades en espacios descentralizados de la cultura tienen una verdadera capacidad de transformar la experiencia de vida de alguien. Creo además que la Costa Caribe necesita estos espacios de discusión y reconocimiento de la importancia medular que la producción cultural y lingüística de esta región del país ha tenido, tiene y seguirá teniendo en toda latinoamericana”.
Como escritora que es se refirió a la primera homenajeada que tiene este evento, la barranquillera Marvel Moreno y como poeta también valoró el legado de Meira Delmar. “Estas dos autoras han sido de gran importancia para mí. Marvel Moreno, por haber abierto una oportunidad para pensar las complejas relaciones que se establecen entre la condición femenina y la sociedad colombiana. A Meira por haber traído el rumor del agua a nuestra poesía colombiana, y una visión del amor donde la mujer no es objeto pasivo de su propia pasión”, anota.
Experimentando el presente
La también profesora de poesía de la maestría bilingüe en escritura creativa de la Universidad de Texas, y quien ha traducido al español a los poetas Khalil Gibrán, Jericho Brown y Tracy K.Smith, explica la importancia que ha tenido y sigue teniendo la poesía en su vida.
“La poesía me ha permitido transitar a través de tiempos y espacios, animada por una sola urgencia: la necesidad de experimentar enteramente el presente y de encontrarme con otros desde la verdadera empatía. Ambas prácticas son maneras de no quedarse intacto. A ella le agradezco el privilegio de conservar el valor para ser vulnerable”.
Sobre el papel de esta en la humanidad fue enfática en decir que: “La poesía defiende la capacidad de conmoverse y la batalla de la humanidad es sobre todo contra la indolencia”.
En cuanto a lo que representa ser poeta en nuestro país, considera que es algo que siempre ha exigido una relación estrecha con el territorio. “La relación entre escritura y paisaje es fundacional en la literatura colombiana, pero está llena de rupturas y desencuentros, por años esto se debió a la batalla por el territorio, ahora también por la crisis del desplazamiento que ha obligado a muchos a experimentar esa desgarradura”.
Su obra ganadora
Querida Beth es el texto que la hizo merecedora del Premio Casa de América de Poesía Americana, que aborda como tema central la vida de una mujer inmigrante en Estados Unidos. Hoy con la estatuilla en mano sigue adelante con su análisis y explica que “las historias personales de los migrantes son esos fragmentos pendientes de nuestra historia colectiva que vienen para mostrar que ésta también necesita ser contada entre grietas y silencios. La poesía es capaz de contar los eventos sin querer explicarlos ni narrarlos completamente. De allí que en ella aquellos cuyos nombres han sido borrados por los rigores del desarraigo tengan un refugio contra el olvido”.
Agrega que Querida Beth es un libro construido con varias texturas de los discursos contemporáneos.
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“Entre poemas de voz lírica tradicional, fragmentos de conversaciones, hallazgos en páginas web y cartas antiguas, entre otros datos, el libro se sirve de las posibilidades que ofrece las formas del decir de nuestro tiempo para contar una historia que no puede ser reconstruida por una sola persona ni de una sola manera. La actualidad del libro se corresponde con la idea de que ésta historia de una persona particular es a la vez la historia de muchos.
Por último recomienda a los nuevos escritores que esta práctica hoy representa una oportunidad para volver a diseñar la vida en común. “Creo que atrás han quedado los tiempos en que solíamos pensar que un escritor se forma y actúa sólo. Más propio es decir lo que a menudo pasa y es que entramos a la escritura con otros, para otros y gracias a ellos”, concluyó.