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Este lunes 23 de diciembre se conmemora un año del fallecimiento de Lisandro Meza, el legendario juglar sabanero que gracias a su talento como acordeonero, cantante, arreglista y compositor, dejó un legado imborrable en la música folclórica colombiana.

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Reconocido como “El Macho de América”, “El Rey sin corona” o “El Sabanero Mayor”, este artista se paseó por el mundo mostrando con orgullo sus raíces costeñas. A ritmo de vallenato, cumbia, Música Sabanera y Música Tropical, el maestro oriundo del corregimiento El Piñal, jurisdicción del municipio Los Palmitos, Sucre, conquistó muchas plazas, dejando claro que el talento colombiano es digno de exportación.

En diálogo con EL HERALDO, su hijo Lisandro Meza JR., conocido como Chane recordó la vida y obra del maestro Lisandro, con quien trabajó desde los 14 años y a quien acompañó en giras que llevaron el sonido del Caribe colombiano a los rincones más insospechados del planeta.

“Mi papá fue un sabio de la música. Aunque no escribía partituras, tenía un olfato único para los éxitos”, afirmó Chane, quien terminó convertido en su coproductor musical.

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Desde muy joven, Lisandro Meza rompió esquemas con sus fusiones rítmicas, como lo hizo con Juventud Flaca y Loca, tema al que le incorporó saxofones a un estilo popular que pocos imaginaban en su época.

“Él revolucionó el sonido de Los Corraleros de Majagual y los volvió internacionales, imagínense ingresó para ocupar el lugar que dejó Alfredo Gutiérrez y lo hizo bien, dándole un sonido más moderno a esta gran agrupación”, destacó.

De América a África

Chane recordó con especial emoción las giras internacionales que realizaron juntos. “Recorrimos todos los países de América, Europa y fuimos el único grupo colombiano en visitar África dos veces. En Angola, donde se habla bantú, descubrí nuestras raíces musicales, eso se parece mucho a Palenque, sus calles, allá el tema cultural es muy similar, es la mujer la que sale a trabajar con la ponchera en la cabeza. Fue increíble ver cómo la gente se conectaba con la música de mi papá, aunque no entendían nuestro idioma, ellos allá hablan portugués y bantú, y aun así nos armaron un repertorio que nos sorprendió porque era temas que no los interpretábamos en vivo y tuvimos que correr a montarlos”, narró.

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“Llegamos en 2001 en tiempos de conflicto, y en su capital Luanda estaban muchos desplazados y pese a ser una ciudad pequeña albergaba a unos 8 millones de personas, se vivía un conflicto bastante fuerte, pero la música nuestra llegó como un bálsamo, ese fue nuestro puente cultural”, agregó.

Chane rememoró que fueron invitados por la presidencia de Angola y se presentaron en un lugar privado en el que los asistentes pagaban 150 dólares para ingresar. Sin embargo, afuera el público disfrutaba también de la música de Lisandro Meza y su agrupación. “Fueron siete las presentaciones que hicimos, pero al final mi papá decidió regalar un concierto para el pueblo y te puedo asegurar que esa sería la mejor presentación que hicimos porque el público enloqueció”.

Cortesía

El amor y la disciplina

Trabajar al lado de su padre, uno de los músicos más respetados y exitosos del país, no solo fue un honor, sino también una escuela de vida para Chane. “Me formó desde niño. Absorbí todo lo que aprendía de grandes músicos que frecuentaban nuestra casa”, relató.

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Hoy, él continúa ese legado con su propio grupo musical y con el repertorio de su padre. “Es la única forma de honrarlo”.

La familia Meza sigue vinculada a la música. Chane mencionó con orgullo a su hijo, Rafael Simón Meza, compositor del reciente éxito de Maluma junto a Justin Quiles, La Botella, quien continúa abriendo caminos en la industria musical.

Recuerdos vivos

El carisma de Lisandro Meza traspasaba los escenarios. Chane recordó una de sus anécdotas más célebres en Perú, donde Lisandro fue bautizado como “El Macho de América”. Durante una entrevista en vivo, la presentadora Gisela Valcárcel le preguntó por qué lo llamaban así, y dijo que era “porque cuando mi mujer me pega, no lloro”, respondió entre risas, demostrando así toda su chispa.

A pesar de las solicitudes de homenajes públicos, Chane confiesa que este primer aniversario será íntimo. “Se le hará una misa, pero yo prefiero no salir de la casa, porque el día que mi padre murió ha sido para mí el más duro de mi vida. Yo nunca lo he olvidado, lo visito religiosamente cada semana, le llevo flores y cuido su descanso. La mejor manera de recordarlo es haciendo su música”, expresó con emoción.

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Lisandro Meza, con su acordeón y su inigualable voz, sigue presente con su música en el corazón de quienes bailaron y cantaron sus éxitos, como La Burrita, El hijo de Tuta, Bendito diciembre, La miseria humana o La matica.

CortesíaLisandro Meza murió el 23 de diciembre del 2024, no sin antes dejar un valioso legado que es valorado en distintos países.