Con un cielo azul que parecía bendecir la jornada, miles de feligreses vestidos de blanco y portando banderines verdes se congregaron este domingo en la parroquia Nuestra Señora del Carmen. Era el inicio de un recorrido lleno de fervor que los llevaría a la Catedral Metropolitana María Reina para dar comienzo al Jubileo, una celebración espiritual que desde hace 25 años no se realizaba.
En simultáneo, fieles iniciaba la peregrinación en las iglesias Sagrado Corazón de Jesús y La Sagrada Familia. El recorrido pactado a las 3:00 p.m. ya llenaba las diferentes calles del sector y cada uno de los convocados se estaba convirtiendo en verdaderos peregrinos de la esperanza.
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Tal como el lema establecido para este acto, todos estaban listos para atender al llamado del Papa Francisco, quien el pasado 24 de diciembre inauguró oficialmente el Jubileo Ordinario de 2025 en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Consuelo Barrios llegó con su camiseta blanca y un banderín verde que entregan en la puerta de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de la que es feligrés desde hace 20 años, preparada para lo que ella denominó una fiesta de la iglesia católica.
“El Jubileo es volver nuevamente, es abrir las puertas de mi corazón y de la Iglesia. Es el momento de renovar nuestra fe delante de la comunidad”.
En tiempos donde la adversidad y la incertidumbre parecen ser parte del día a día, Consuelo resalta la importancia de que la esperanza sea el símbolo de este Jubileo.
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“En este tiempo donde la fe se ha perdido, nosotros como católicos y cristianos debemos entregarnos a la fe. Este evento representa concurrencia, perdón y amor para toda la Iglesia”.
Todos unidos en esperanza
Las alabanzas sonaban y algunos ritos espirituales estaban por empezar. Los sacerdotes se acomodaban sus sotanas y el padre Jorge Castro, vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Barranquilla y coordinador del Jubileo, le dijo a EL HERALDO que le satisface ver los templos llenos con un gran propósito.
“La esencia de un jubileo es esa, es evocar la muerte y la resurrección de Cristo, poder renovar nuestra fe y más siendo peregrinos de la esperanza”.
Posterior a ello, saludó a los fieles que se congregaban en el templo y aprovechó para leer a todos una oración que traduce el símbolo de este Jubileo.
“La ciudad de los apóstoles Pedro y Marcos los esperan en las iglesias patrimoniales. Que pueda ser para todos un momento de igual conmigo y personal con el Señor Jesús. Puedo agradecer a Dios. Por él, a que la iglesia tenga la misión de luchar siempre y en todas partes, y a todos”.
Procesión llena de comunión
Hacia las 3:20 p.m., los fieles empezaron a salir de los templos. En la Parroquia Sagrado Corazón se sentían en regocijo por la presencia del arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas Anteliz, quien lideraba el recorrido.
Mientras entonaba: “Jesús está pasando por aquí y cuando el pasa todo se transforma, se va la tristeza, llega la alegría”, Teresa Perea ondeaba su banderín verde.
Es feligrés de la parroquia La Santa Cruz y se trasladó desde el barrio Ciudadela 20 de Julio para vivir este importante acto.
“Yo decidí venir porque el Jubileo del 2000 fue algo muy especial, y sabía que este sería igual de importante. Somos peregrinos de esperanza, y este evento nos llena de ella, nos invita a confiar en un futuro mejor”.
La procesión, que partió desde la Iglesias Nuestra Señora del Carmen, Sagrado Corazón y la Sagrada Familia del Carmen es para Teresa un acto de renovación espiritual y comunitaria.
“Es maravilloso ver a toda la parroquia congregada, unidos en fe y esperanza. En un mundo tan convulsionado, debemos tener la mirada puesta en Dios, porque para Él nada es imposible”.
Tres cruces fueron alzadas a los alrededores de la Catedral Metropolitana María Reina. 4:08 p.m., todos en unísono cantaban “Vamos a la casa del Señor”.
Y sí, estaban a punto de entrar al templo más grande la ciudad. La Catedral Metropolitana María Reina aguardaba por todos. Los sacerdotes entraban y llegó el momento: alzando la cruz, el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas Anteliz, realizó el signo de la puerta santa para dar apertura al Jubileo.
Esta tradición recuerda las palabras de Cristo en el Evangelio de San Juan: “Yo soy la puerta; el que entre por mí se salvará”.