Macondo existe gracias a Gabo. Él ideó todo desde su cerebro, manos y ojos abiertos a las realidades del Caribe que son magia al mismo tiempo. Pero, entrados en Cien años de soledad, el pueblo creado a la orilla de la ciénaga fue posible gracias a la tenacidad de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán.
Lea: Aureliano Buendía, un coronel hecho de nostalgia y melancolía
Los jóvenes primos que se casaron en contra de la voluntad de sus familias y las supersticiones de que sus hijos saldrían con cola de cerdo. Y tras sufrir los tormentos del fantasma de Prudencio Aguilar decidieron emprender el rumbo para encontrar el mar.
En medio de ese viaje decidieron asentarse a la orilla de la ciénaga y crear inicialmente unas 20 casas de barro y cañabrava ubicadas estratégicamente que de todas podría accederse al líquido vital.
Todo eso fue gracias a que José Arcadio lo soñó. Pero, quien hizo realidad todo para sostener no solo a la estirpe Buendía, sino al lugar que crearon para vivir fue Úrsula, esa mujer tenaz que fue capaz de con sus animalitos de caramelo traer prosperidad a su familia, y aún en los momentos de desazón estuvo ahí.
Aquí: “El vallenato es algo que me llevo del Caribe”: Alex García, director de ‘Cien años de soledad’
Y ahora en la adaptación de Netflix esa misma tenacidad de los esposos quedó retratada de manera magistral por la dupla conformada por la caleña Marleyda Soto y el ibaguereño Diego Vásquez.
La radiografía de las mujeres
Precisamente eso, lo valiente de Úrsula, fue lo que Marleyda Soto destacó en entrevista con EL HERALDO de lo que quiso buscar, retratar a la mujer colombiana, pues eso es, en esencia, la matriarca de los Buendía.
“Después de que yo hice la lectura del libro pensaba de qué manera yo podía representar a esta mujer tan fuerte, con esta capacidad sobrenatural de ser capaz de llevar adelante a esta familia, con todas estas dificultades, de poder ayudar también en la organización de un pueblo que se va desmoronando”, indicó.
Además ‘Cien años de soledad’, entre las mejores series de 2024 para The Hollywood Reporter
Soto, quien tiene una vasta experiencia en el teatro y destacó en 2016 en la cinta La tierra y la sombra, que ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cine de Cannes, agregó que más demoró en hacerse la pregunta que en encontrar la respuesta, pues solo tenía que mirar a su alrededor, en su familia, sus amigas, en Colombia.
“Miré las mujeres de mi familia que han sido mujeres maravillosas, valiosísimas, que han sabido sobreponerse a las calamidades más fuertes, la historia de mi hermana, de mi madre, de mis abuelas, de mis vecinas, de las madres de mis amigos, de las mujeres tan poderosas que han habitado en mis entornos cercanos y finalmente me doy cuenta de que Úrsula Iguarán es la radiografía de la mujer colombiana, somos mujeres que ante las dificultades sabemos levantarnos con una fuerza sobrecogedora y somos capaces de tomar las decisiones y echarnos encima una familia y las obligaciones incluso de poder llevar adelante las dificultades de un país”.
Y es que para ella, la historia de este país se ha construido gracias a la fuerza de las mujeres. Mientras los hombres se han preocupado por las guerras, son estas mujeres viudas, huérfanas, de esposos, de padres, de hermanos, las que han sabido llevar adelante la historia de Colombia.
“Han sabido levantarla, así que son estas mujeres, estas Úrsula Iguarán que de repente no tienen estos rostros tan visibles, sino que son los rostros invisibles de todas las mujeres que habitan en el país”.
Ser José Arcadio
En contraparte a Úrsula, está José Arcadio, ese que vimos en su esplendor para fundar Macondo, pero que con la llegada de Melquíades se perdió en ese mundo de la imaginación y la invención hasta terminar amarrado al castaño.
Lea: Janer Villarreal y su viaje hacia Macondo
Poder interpretar toda esa amalgama de registros es quizá lo que ha hecho de Diego Vásquez un virtuoso con su personaje, pues lo ha conseguido de la forma más excelsa.
El actor explicó a EL HERALDO que esto salió desde el propio reconocimiento, primero reconocer sus limitaciones como persona, como ser humano y después empezar desde esa deconstrucción a armar a un personaje que tiene unas características, aparte de la condición física, unas características mentales, intelectuales, emocionales, psicológicas, que empezó a ver a la distancia y luego a acercarse a él de poco a poco, con mucha prudencia.
“Es como la técnica del actor para empezar a acercarse a sus personajes y no decir, ‘¿tú eres José Arcadio Buendía?, a ver párate y demuéstramelo’, no es posible, así no se hace. Se logra a partir del reconocimiento de quienes están allá y quien hace un casting y quien ven en ti las posibilidades que se acercan a ese personaje, después uno se deja llevar porque no es una obra mía, es la obra de unos directores, de unos guionistas, de unas personas que están allá detrás analizando y decidiendo cuál es la mejor forma de contar y a quién necesitan para ello”.
Además: Popeye, Tintín y versión de Mickey Mouse serán de dominio público en 2025
En ese sentido, para él actor el resultado de la serie “fue muy fidedigno a lo que yo había leído en el guion, a lo que nosotros hicimos y tratamos de hacer cada vez que estábamos en un set y eso se acercaba también a la imagen que yo tenía en mi mente antes de conocer o de haber visto la primera foto o el primer plano que se hizo de Cien años de soledad”.