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El español tiene infinidad de reglas gramaticales unas más conocidas que las otras pero igual de imprescindibles para una buena escritura y, por tal, para un buen entendimiento de lo que se quiere decir.

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Para ello existe la Real Academia Española (RAE), institución con más de 300 años de recorrido y que ha tenido como misión principal “velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes”.

Una de esas reglas que mira con lupa y “regula” es el uso de las mayúsculas y minúsculas. Y es que no todo puede ir en altas y bajas pues existen algunas determinaciones, aunque existen unas excepciones.

Los meses del año: ¿en mayúscula?

“En la escritura, la letra base es la minúscula, de modo que la mayúscula debe aplicarse únicamente en aquellos casos en que la norma prescribe su uso: Acaba de llegar Miguel de la Torre. La escritura enteramente en mayúsculas se emplea únicamente en las siglas, los números romanos y textos cortos de carácter informativo”, detalla la RAE en su página web.

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Explican, además, el uso de mayúsculas en interior de palabra se debe evitar en la escritura ordinaria, aunque, advierten, “es un fenómeno cada vez más extendido en la formación de siglas y acrónimos y en los nombres comerciales”.

En lo que se refiere a los meses del año, estos inicialmente  se escriben con inicial minúscula, pero hay una excepción: si hacen parte de un nombre propio o sean la primera palabra del enunciado. Por ejemplo, “la Avenida 20 de Enero es muy amplia” o “(…). Diciembre es un mes de mucho viento”.

Solo se iniciarán con mayúscula cuando forman parte de nombres que exigen la escritura de sus componentes con mayúscula inicial, como ocurre con los nombres de festividades, fechas o acontecimientos históricos, vías urbanas, edificios, etc.: Viernes Santo, Primavera de Praga, plaza del Dos de Mayo, Hospital Doce de Octubre, explica la RAE.

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Esta es la misma regla para los días de la semana, de los meses y de las estaciones del año: “Nació el pasado martes, 22 de noviembre”, “en Caracas, a 6 de mayo de 2005″ o “Esta primavera ha llovido mucho”.

¿Los nombres alternativos de las selecciones también en minúscula?

las denominaciones alternativas con las que se alude a las selecciones nacionales se escriben sin comillas y con mayúscula inicial, salvo en el artículo: “la Roja”, “la Albiceleste”, “los Hispanos”. Sin embargo, van con minúscula las palabras que se emplean para referirse a los jugadores o a los aficionados: “los colchoneros”, “varias guerreras”.

Es frecuente encontrar en los medios, sobre todo en las noticias deportivas, ejemplos como los siguientes: “Los fanáticos podrán seguir de cerca el desempeño de Los Gladiadores”, “‘La Roja’ va en busca de encontrarse nuevamente con su fútbol en las eliminatorias” o “La ‘Guerrera’ Shandy Barbosa pone un paréntesis a su carrera”.

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Según explica la “Ortografía de la lengua española”, llevan mayúscula inicial únicamente los términos significativos de las expresiones, normalmente relacionadas con el color de la camiseta, empleadas para hablar de las selecciones nacionales: “la Roja”, “la Naranja Mecánica” o “la Albiceleste”. Se aplica lo mismo a los sobrenombres colectivos con los que también se designa a estos equipos, como “las Guerreras”, “los Hispanos” o “los Gladiadores”.

Sin embargo, cuando se trata de apelativos que no aluden al equipo en su conjunto, sino a los jugadores, socios y seguidores, se recomienda la escritura en minúscula: “los azulgranas” o “algunos gladiadores”.