Compartir:

Detrás de los ojos azules que deslumbraron al mundo se escondía un gran talento pero también un hombre corriente, atormentado por la muerte de su hijo, discreto y volcado en causas humanitarias casi tanto como en las carreras de carros. Esto último quizás fue la razón que lo llevó a prestar su voz en la cinta animada Cars, en la que presta su voz a Doc Hudson. Se trata de la leyenda de Paul Newman, que sigue viva en el centenario de su nacimiento que se celebra este domingo.

En su larga filmografía hay un puñado de títulos esenciales de la historia del cine, como Cat on a Hot Tin Roof (1958), The Hustler (1961), Cool Hand Luke (1967), The Sting o The Verdict.

Lea aquí: Reina del Atlántico, presente en espectáculo de Carnaval Vive Curramba

Pero pese a su brillante carrera y tras ganar un Óscar honorífico, la única estatuilla a mejor actor la consiguió por un trabajo menos deslumbrante en The Color of Money (1986), en la que retomó el papel del jugador de billar de The Hustler, acompañado por Tom Cruise y a las órdenes de Martin Scorsese.

“Es como perseguir a una mujer preciosa durante 80 años”, dijo el actor al recibir el Óscar.

Newman Sirvió en la Marina durante la II Guerra Mundial como operador de radio y a la vuelta estudió interpretación en New Haven y Nueva York.

Debutó en Broadway y de ahí saltó al cine con The Silver Chalice (1954) una película tan mala que cuando se estrenó en televisión el propio Newman publicó un anuncio en la prensa estadounidense pidiendo disculpas.

Fue el papel del boxeador Rocky Graziano -originalmente destinado a James Dean- en el filme Somebody Up There Likes Me (1956), dirigido por Robert Wise, el que llamó la atención de la crítica, que vio en él a la próxima gran estrella de Hollywood, al nivel de Marlon Brando.

Su meteórico ascenso

Desde entonces su carrera despegó a gran velocidad. En su haber hay una larga lista de películas que marcaron una época, como Exodus (1960), Harper (1966) o Twilight (1998), una cinta que descubrió el mejor talante del actor, como recordaría su compañera de reparto, Susan Sarandon. “Newman dio un paso al frente y ofreció parte de su sueldo” para que ella cobrara lo mismo.

Como director dirigió Rachel, Rachel (1968), que logró candidaturas al Óscar a la mejor película y a la mejor actriz, o The Effect of Gamma Rays on Man-in-the-Moon Marigolds (1972).

Aunque su último trabajo en el cine lo desarrolló en la película de animación de Pixar Cars (2006), en la que prestó su voz al personaje de Doc Hudson, siguió trabajando, en televisión, y ganó un Emmy y un Globo de Oro por su trabajo en la miniserie Empire Falls. El 26 de septiembre de 2008 falleció a los 83 años a causa de un cáncer.

Sus dos pasiones

La noticia de su fallecimiento la dio la Newman’s Own Foundation, la fundación que gestiona todos los beneficios de la compañía de alimentación Newman’s Own, y que el actor destinaba a diversas obras de caridad.

En los últimos años de su vida, Newman se volcó en su labor filantrópica y dedicó 250 millones de dólares a diversos proyectos en todo el mundo.

Además, el actor creó el Scott Newman Center, un centro para la prevención del uso de drogas, en memoria de su único hijo varón, Scott, que murió de una sobredosis de drogas en 1978, a los 28 años.

Scott era su hijo mayor, nacido de su primer matrimonio con la actriz Jackie Witte, con la que también tuvo a Susan y Stephanie.

En 1958 se casó con Joanne Woodward con la que tuvo otras tres hijas -Nell, Melissa y Claire-.

Además de sus pasiones por la familia, el cine y la filantropía, el actor también mostró su amor por los carros y las carreras.

Le puede interesar: ¡Emocionante: revelan primer adelanto de bioserie de Chespirito!

Una afición que inició tras actuar en la película Quinientas millas en 1969. Llegó a quedar segundo en las 24 horas de Le Mans en 1979 y acumuló una importante colección de carros de carreras.

El documental Winning: The Racing Life of Paul Newman, de Adam Carolla y Nate Adams, se centró en esta faceta del actor, que ganó cuatro campeonatos nacionales SCCA como piloto y ocho como propietario de escudería.