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Durante meses, miles de danzantes ensayaron sin descanso, puliendo sus coreografías con disciplina y pasión para la gran cita del Fin de Semana de Tradición, que este sábado celebra su segundo día y en donde las comparsas son las protagonistas.

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Ellos saben que en este evento, el público podrá admirarlos sin la prisa de los desfiles. Es así como sin importar el sol, varios ciudadanos fueron tomando asiento para observar cada presentación de estos bailarines apasionados por la fiesta.

A partir de las 3:00 p.m., las comparsas de Tradición y de Fantasía empezaron a disputarse los aplausos del público. Las primeras, inspiradas en disfraces, danzas y costumbres populares, evocan el legado de generaciones con personajes icónicos como las Marimondas, las Negritas Puloy y los Monocucos.

Las segundas, forjadas en la imaginación sin límites de sus creadores, deslumbran con vestuarios llenos de brillo, plumas y lentejuelas.

Hacia las 4:20 p.m. Se encendieron las luces del escenario para que el Ceremonial de la Muerte de Soledad fuera el encargado de darle apertura al evento. Luego, llegó toda la magia de la comparsa Boryi de Santo Tomás se tomó el escenario.

Hay ilusión para todos

Finalizada su presentación, un grupo de niños con algunas condiciones cógnitivas apareció en escena. Se trataba de Ilusión Caribe, una comparsa con más de 30 años en la fiesta.

Está integrada por jóvenes y adultos con síndrome de Down y otras condiciones cognitivas.

El nombre de la comparsa surge de la ilusión de los jóvenes por formar parte del Carnaval, mientras que Caribe refleja la esencia de su música, arraigada en la tradición costeña.

Su dedicación a lo largo de los años, desfilando sin pausa durante los cuatro días de fiesta y llevando su espectáculo a pueblos y escenarios donde son invitados, los ha convertido en una de las comparsas más comprometidas.

Potencia y brillo

El brillo nunca faltó en el escenario, pero cuando arribó la comparsa Torito en Carnaval, se intensificó en su máxima expresión.

Con un vestuario que reflejaba los colores de la bandera de Barranquilla y una puesta en escena magnífica, esto jóvenes se robaron miradas, admiración y aplausos.

Bajo la dirección de la maestra Mónica Lindo, esta agrupación le rinde un tributo a la máscara insignia del Carnaval De Barranquilla.

Creatividad y talento

Un total de 4 minutos era el tiempo que tenían los grupos para desplegar todo su talento y la Comparsa Son de Acá de Soledad no desperdició ni un segundo.

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La agrupación hizo referencia al popular Juego del Calamar, donde quien no gana debe morir. Sin embargo, esta agrupación vestida de Marimonda gritó: “no me maten, déjenme gozar, mátenme si quieren después del Carnaval”.

Y es que esta máscara tiene una picardía que saca sonrisas a por doquier. Así lo hizo la Cipote Marimonda de Montecristo, quien a través de su director, Rubén Jiménez Acuña, invitó a todos a subirse en un bus donde lo único que se requiere es la alegría.