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Son las 2 de la tarde de un domingo en Galapa. El sol, como fiel testigo, se posa majestuosamente sobre el cielo azul. Puede ser un día más, pero hay algo distinto en el ambiente. En el olor. En las esquinas. En la música que suena. Definitivamente no es un domingo cualquiera. Lo diferente que se siente es Carnaval, es cultura, y siguiendo el camino hacia el barrio Los Almendros, en la carrera 21 No. 8A-85 más exactamente, encontramos lo que hacía que este día tuviera un tinte de fiesta.

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Es que allí, en esa dirección, mientras un ya veterano sistema de sonido reproduce a todo volumen clásicos carnavaleros de Aníbal Velásquez, un grupo de señores que fácilmente pueden tener la misma edad de esas canciones, o incluso más, aplauden, toman trago y cada uno va recibiendo un vaso de sopa. No puede faltar.

Parece ser una fiesta familiar. Pero claro, hoy nada es lo que parece y así como no es un domingo cualquiera tampoco es una fiesta cualquiera. Sí, hay un pastel que indica que alguien o algo cumple años. Por el número debe ser algo longevo. 140 años. ¿Qué puede llegar a cumplir un siglo y cuatro décadas?

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La respuesta a esa pregunta no demora en aparecer. Uno a uno van saliendo de una casa, hombres vestidos de pantalón negro con bolsillos rojos, volantes rojos amarillos y azules con encajes blancos, camisa roja con puños negros, perchera negra adornada con lentejuelas. El turbante colorido claro está. El ensordecedor grito de ‘¡Qué viva el Congo Grande!’ es capaz de hacer que el sistema de sonido se sienta minúsculo.

Ahí está la razón de que este domingo no fuese uno más en el calendario. El Congo Grande de Galapa, la danza más antigua de esta municipalidad, celebra 140 años de su fundación. Un hecho que toma mayor relevancia cuando se sabe que ese terruño fue elevado a municipio en 1873, tan solo 12 años antes.

“Fue iniciativa de José Isabel Castro y su hermano Arcadio Castro”, recuerda Elías Martínez, quien con 50 años es ahora el director del grupo, mientras la música sigue sonando.

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“En la Guerra de los Mil Días se detiene la danza. Cuando ya el conflicto terminó, en un momento de calma retoma nuevamente la iniciativa de la danza cuando deciden visitar el Carnaval de Barranquilla”, sigue rememorando Elías.

Jhony Olivares

Y eso ha sido el Congo Grande de Galapa, un símbolo de resistencia, pues ha logrado sobrevivir al paso del tiempo, al cambio de todo, mientras el mundo tenía sus propias dinámicas, esta danza solo espera por representar su cultura.

“Continúa en 1944 de una nueva camada de jóvenes que se entusiasma como fueron los señores Juan Román Tovar, que era el tamborero de la época, el señor Moisés Elías Domínguez, las señoras Ramona Gómez, Paquita Gerardino y Petrona Molina, Nicolás Berdugo, y los cabezas de danza Faustino Gómez, que era mi abuelo y Antero Berdugo”, añade Elías.

“Toda la vida con el Congo”

Elías Martínez lleva 40 años siendo parte del Congo Grande. Comenzó a los 10 años de la mano de su abuelo, quien le inculcó el amor por la tradición.

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“Yo lo acompañaba llevando la bandera y repartiendo el refrigerio a los señores. Claro, yo no tomaba, porque con la mirada de mi abuelo ya sabía lo que no podía hacer”, recuerda entre risas.

A los 17 años, se vistió de congo por primera vez y desde entonces no ha parado. Hoy, con 50 años y 6 como director, asegura que el Congo Grande es su vida.

“Es algo que uno lleva en el alma. Salir a bailar y representar a Galapa es lo más gratificante, porque el mejor pago son los aplausos”.

Recuerdos carnavaleros

El Congo Grande ha sido ampliamente reconocido en el Carnaval de Barranquilla, logrando 19 Congos de Oro y menciones de honor tanto del municipio de Galapa como de Barranquilla.

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“Representar a Galapa ha sido una bonita historia, llena de sacrificio y alegrías. Cada premio que nos dan es para todos, porque esta danza no es mía, es de todos los que participan”.

Jhony Olivares

Martínez recuerda con especial emoción las historias que le contaban sus tíos sobre las primeras presentaciones de la danza en Barranquilla, cuando los desfiles se realizaban en el Paseo de Bolívar. “Decían que el recibimiento era increíble, la gente aplaudía con fervor. Ahora, cada desfile es una oportunidad de seguir dejando huella”.

Una familia de 69 integrantes

Hoy, el Congo Grande está conformado por 69 integrantes, entre jóvenes, adultos y personas mayores, muchas de ellas pertenecientes a un mismo núcleo familiar. “Tengo parejas de esposos, hermanos, hasta amigos que se unen a la danza. Además, contamos con cinco músicos: tamborero, guacharaquero, cantante y coristas. Es una familia que se extiende y crece”.

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Elías destaca que, aunque el Congo Grande ha evolucionado, se esfuerzan por mantener las tradiciones intactas, como el colorido de los turbantes y la energía de cada paso. Sin embargo, algunas costumbres se han perdido, como la quema de los turbantes el Martes de Carnaval, una práctica que simbolizaba nostalgia y despedida.

Un homenaje fallido

Hace dos décadas, Abel vivió uno de los momentos más frustrantes y a la vez decisivos en su relación con el Congo Grande. Ese año, el compositor Francisco Zumaqué planeaba un homenaje por los 120 años de la danza, pero un opositor de otra comparsa, en estado de embriaguez, arruinó el evento. “Fue un desastre esa vez en la Casa de la Cultura, Zumaqué tuvo que salir de ahí y no se le pudo hacer el reconocimiento”, relata.

Sin embargo, de ese mal sabor nació una idea que perdura hasta hoy: un desfile en honor al Congo Grande. “Hicimos un desfile con tres danzas: Congo Reformado, Congo Campesino y Congo Grande. Con los años, se convirtió en el Festival del Congo, en homenaje al Congo Grande”, explica Abel con satisfacción.

Jhony Olivares

A pesar de las dificultades, el evento ha crecido y ha llegado a reunir hasta 25 danzas en su momento más álgido. Aunque el festival se detuvo por la pandemia, Abel asegura que este año, con la celebración de los 140 años, la tradición se siente más viva que nunca.

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Mención de honor por 140 años

El Congo Grande de Galapa fue exaltado por los 140 años de vida por parte del alcalde local Fabián Bonnett Berdugo, quien está ligado a esta danza pues su abuelo perteneció a ella.

“El Congo Grande no solo lidera nuestra tradición local, sino que también es un pilar fundamental del Carnaval de Barranquilla, posicionándose como una de las expresiones más importantes de esta gran fiesta”, dijo el mandatario durante la exaltación.