Salomé Rodríguez Ospina, hija del capitán de la selección Colombia de fútbol, James Rodríguez, y de la empresaria y modelo Daniela Ospina, despierta ternura y admiración en redes sociales.
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La niña, de 11 años de edad, hace deporte y baila desde muy pequeña, por lo que suele recibir halagos sobre los talentos que tiene. Cuenta con un perfil en Instagram, administrado por su mamá Daniela Ospina, en el que acumula 1,3 millones de seguidores a la fecha.
En su cuenta se pueden ver varios videos de Salomé bailando y jugando voleibol en Estados Unidos, país en el que vive con su mamá, la pareja de esta última, Gabriel Coronel, y su hermano Lorenzo.
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Hace pocas semanas, Daniel Ospina publicó un video de un partido de voleibol que jugó Salomé y en la descripción reflexionó sobre los aprendizajes que deja este deporte por el que ella también siente pasión.
“El voleibol no es solo un deporte, es una escuela de vida donde aprendemos a trabajar en equipo, superar desafíos y levantarnos después de cada caída. Compartir esta pasión contigo, princesa mía, es un regalo invaluable. En cada saque, cada bloqueo y cada punto, construimos recuerdos y fortalecemos nuestro vínculo. Recuerda siempre que el esfuerzo y la disciplina nos llevan más allá de cualquier límite”, escribió Daniela.
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Recientemente, la empresaria hizo un ‘en vivo’ a través de su cuenta de Instagram junto a su hija Salomé mientras iban en el carro rumbo a una práctica de voleibol de la niña.
Salomé aprovechó que su mamá estaba manejando el vehículo para ella interactuar con los seguidores que estaban conectados en la transmisión en vivo.
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Los usuarios le hicieron varias preguntas a la niña, entre esas que a cuál de sus papás se parecía físicamente y Salomé respondió que considera que a los dos.
Igualmente le preguntaron si alguna vez se sumaría a la selección Colombia de voleibol, a lo que ella contestó que no está segura porque todavía no sabe si se quiere dedicar al deporte toda su vida.
Por supuesto, la interrogaron también sobre su etapa en Estados Unidos y Salomé sorprendió confesando que hay una situación que le genera bastante molestia.
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La niña dijo que se ha topado con muchas personas en ese país que no saben pronunciar bien su nombre, sino que le dicen Salami o Salom.
“Me da rabia y me da pena”, expresó Salomé justo antes de llegar al sitio en el que iba a tener su práctica de voleibol y se despidió de los seguidores de su madre que estaban interactuando con ella.
