¿A partir de cuántos segundos es incómodo el silencio para los colombianos?

Los silencios incómodos son ese enemigo invisible que puede convertir una conversación fluida en un torbellino de ansiedad. No importa si es en una primera cita, en una reunión de trabajo o con la familia política, basta con que pasen unos cuantos segundos sin palabras para que los nervios comiencen a aflorar.

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Pero, ¿cuánto tiempo exactamente puede un colombiano soportar sin que el silencio se convierta en una tortura?

Un estudio reciente de la plataforma de aprendizaje de idiomas Preply ha puesto el cronómetro en marcha para responder a esta pregunta. Y la cifra es clara: 6,2 segundos. Ese es el umbral de tolerancia de los colombianos antes de que el silencio deje de ser un simple espacio entre palabras y empiece a sentirse como un abismo insalvable.

Lo curioso es que este tiempo es menor al promedio global de 6,8 segundos, lo que significa que en Colombia la incomodidad llega más rápido que en otras partes del mundo.

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Colombia se ubicó en el tercer puesto de los países más intolerantes al silencio, con un 80 % de los encuestados, asegurando que estos momentos les resultan incómodos.

Pero los campeones indiscutibles de la fobia al silencio son los brasileños, que con solo 5,5 segundos de aguante se llevan el primer lugar. En el segundo puesto están los italianos, que pueden resistir 6,2 segundos antes de empezar a revolverse en su asiento.

Ahora bien, no todos los silencios pesan igual. Hay situaciones en las que la incomodidad se multiplica y el tiempo parece detenerse.

Según el estudio, los colombianos sienten más ansiedad en los silencios cuando interactúan con desconocidos (49 %), un dato que no sorprende, pues la falta de confianza hace que cada segundo en blanco parezca un fracaso en la comunicación.

En segundo lugar, están los silencios con los jefes (41 %), donde el peso de la jerarquía convierte cualquier pausa en una potencial sentencia de despido.

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Y, por supuesto, no podían faltar los suegros en esta ecuación. Para el 27 % de los encuestados, el silencio con la familia política es una verdadera prueba de fuego. Algo similar ocurre con los familiares lejanos (25 %), donde la falta de historias compartidas convierte las conversaciones en un terreno pantanoso.

En el caso de las parejas, un 23 % de los colombianos admite sentirse incómodo en silencio con su ser amado, un dato que, de acuerdo con el estudio, podría estar relacionado con la presión de mantener siempre viva la chispa en la relación.

Pero si hay situaciones en las que el silencio se convierte en el villano absoluto, estas son las primeras citas, los ascensores y las rupturas amorosas. Un aplastante 75 % de los encuestados reconoce que en estos escenarios el vacío de palabras es prácticamente insoportable.

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No es para menos: en una cita, el silencio puede interpretarse como falta de interés; en un ascensor, la cercanía física lo hace aún más evidente; y en una ruptura, el peso emocional convierte cualquier pausa en un océano de incertidumbre.

Por otro lado, están los funerales con un (74 %), ya que son eventos naturalmente solemnes, en donde muchas personas luchan por encontrar las palabras adecuadas.

De manera similar, las conversaciones casuales con desconocidos (70 %) suelen llevar a silencios incómodos, porque es difícil encontrar la manera de conectar o mantener una conversación significativa con alguien que no conocemos bien.

El estudio finalmente determinó que, por lo menos para los colombianos, las primeras citas son las más temidas cuando se trata de silencios incómodos, con un 39 % reconociendo que estos momentos les generan ansiedad. En una cultura como la colombiana, donde la calidez humana y el carisma son tan valorados, un silencio puede parecer una oportunidad perdida para conectar.

Conversaciones importantes en pareja con un 34% ocupa un segundo lugar, ya que son momentos cargados de emociones. En relaciones donde la comunicación es clave, esas pausas a veces se interpretan como falta de interés o desconexión.

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Los funerales, con un 30 %, están entre las situaciones más incómodas, ya que el silencio en un contexto de duelo puede ser especialmente pesado.

Para concluir el estudio Yolanda Del Peso de Preply dice que los silencios incómodos son una experiencia universal y sugiere que con algunos idiomas emplean más palabras para evitar vacíos en la conversación y evitar silencios incómodos. En otras palabras, no es solo una cuestión de personalidad, sino también de cómo se ha aprendido a comunicarse.

Entonces, la próxima vez que sienta que el silencio empieza a apretar, tal vez valga la pena tomar un respiro y recordar que no siempre hay que llenarlo con palabras.

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A veces, una pausa puede ser el mejor complemento para una buena conversación. Y si no, al menos siempre podrá recurrir a un comentario sobre el clima para salir del apuro.