A las 9:00 p.m. la espera terminó en el estadio Campo Argentino de Polo de Buenos Aires, donde 58 mil personas se congregaron para ser testigos de la gira ‘Las mujeres ya no lloran’ de Shakira. A esa hora apreció la barranquillera acompañada centenar de fanáticos que la escoltaron en su entrada majestuosa. Como ha sido costumbre, abrió la noche con La Fuerte, su segunda colaboración con Bizarrap, desatando la euforia de miles de voces que coreaban el tema.
Luciendo un deslumbrante conjunto dorado de Versace, la cantante siguió con Girl Like Me y un medley de Las de la Intuición y Estoy Aquí, encendiendo la nostalgia de aquellos que la han acompañado desde sus inicios.
“¡Qué felicidad volver a Argentina! No saben cuánto extrañaba este país que siento tan mío. No hay mejor encuentro que el de una loba con su manada”.
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El show no fue solo un recorrido por su impecable trayectoria, sino una puesta en escena arrolladora. Con un despliegue visual impresionante que incluían pantallas de 49 metros de ancho y 9 de alto, con más de 6.6 millones de píxeles, cada canción estuvo acompañada por imágenes emocionantes, coreografías imponentes y una banda en perfecta sincronía con la intensidad de la artista. Durante más de dos horas, Shakira regaló un espectáculo que fue puro fuego, emoción y entrega absoluta.
El repertorio fue un viaje en el tiempo: desde sus himnos de juventud, como Antología, Pies Descalzos e Inevitable, hasta los éxitos recientes que han conquistado nuevas generaciones, como Soltera, TQG, Monotonía y Te Felicito.
Pero la cúspide de la noche llegó con esos temas que han trascendido fronteras y generaciones: Hips Don’t Lie, La Bicicleta, La Tortura, Waka Waka y Loca desataron la locura de los asistentes.
En un momento, Shakira dejó el escenario y se trasladó al backstage para interpretar Chantaje, permitiendo que las cámaras revelaran la intimidad de su camerino mientras realizaba un cambio de vestuario.
Siete años después de su última gira mundial El Dorado, Shakira regresa con un mensaje claro: las mujeres pueden resurgir más fuertes, brillar con más intensidad y convertir el dolor en arte.
Su vestuario reflejó esa transformación. Además del Versace dorado, la artista lució creaciones de Zuhair Murad, Guarav Gupta y Jawara Alleyne, junto con piezas exclusivas de Tiffany & Co. Elsa Peretti, brazaletes de platino con pavé de diamantes, grabados con el nombre de la gira. Un lujo simbólico para un show donde cada detalle contó una historia de poder y empoderamiento.
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Y cuando parecía que la noche no podía ser más épica, Shakira lanzó su estocada final: BZRP Music Session, Vol. 53. La multitud se entregó por completo a la canción que se convirtió en himno de independencia y éxito, mientras miles de shaki-dólares volaban por el estadio, inmortalizando la frase que ya es parte de la cultura pop: “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.
Shakira volverá a conquistar el Campo Argentino de Polo este sábado en otra noche que promete ser histórica. Porque cuando una loba aúlla, su manada siempre responde.