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Después de un día largo, pocas cosas se sienten tan placenteras como llegar a casa y sumergirse en un sueño profundo. Allí, la respiración se vuelve más lenta y todo parece acomodarse en su lugar ya que dormir es una necesidad vital, y sin embargo es de los actos que más se suelen descuidar.

Es por ello que cada 14 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, una fecha que busca hacer énfasis en que el descanso no es un lujo, sino un pilar fundamental para la salud. Un buen sueño ayuda a reparar el cuerpo, fortalece la memoria, mejora el estado de ánimo y hasta protege el corazón.

Y es que a nivel global, el 76 % de las mujeres adultas experimenta al menos un síntoma de trastornos del sueño, lo que sugiere una mayor vulnerabilidad en comparación con los hombres, según datos de la revista Sleep Medicine. En Colombia, el 59 % de la población sufre algún trastorno del sueño, y más del 40 % recurre a medicamentos para lograr un descanso adecuado, según cifras de la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (ACMES).

Parece una simple pausa luego de tantas actividades ejecutadas durante una rutina diaria, pero lo cierto es que dormir es una función biológica esencial en la que el cuerpo regula procesos claves para la salud, como la actividad neuroendocrina, cardiovascular e incluso inflamatoria.

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Según explica la neuróloga experta en Medicina del Sueño y presidente de la Asociación Latinoamericana de Sueño (ALADS), durante el descanso, especialmente en la fase de sueño profundo o de ondas lentas, el cerebro se “limpia” de sustancias potencialmente tóxicas, como el beta-amiloide, un compuesto relacionado con el desarrollo del Alzheimer.

“En otras palabras, quienes mantienen ciclos de sueño regulares y reparadores tienen menos probabilidades de desarrollar este tipo de enfermedades neurodegenerativas. Dormir bien también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, regular las hormonas y proteger la salud del corazón. Por eso, garantizar un descanso adecuado es una inversión en bienestar”, indicó.

¿Cuántas horas se necesitan?

No todos los adultos requieren la misma cantidad de sueño, ya que cada persona tiene su propio ritmo biológico. Sin embargo, estudios han determinado que el rango óptimo para adultos de 18 a 65 años está entre 7 y 9 horas diarias. Este tiempo permite una recuperación adecuada del cuerpo y la mente, evitando problemas como la fatiga, la falta de concentración y el deterioro de la salud en general.

Sueño y obesidad

El descanso no solo es clave para la energía y el bienestar mental, sino también para el control del peso y la salud metabólica.

Según el médico internista Eder Hernández, la falta de sueño puede contribuir al aumento de peso y al desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.

EL HERALDO

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“Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, se altera el equilibrio de dos hormonas fundamentales: la leptina y la grelina. La leptina es la encargada de generar sensación de saciedad, mientras que la grelina estimula el apetito. Dormir poco disminuye la leptina y aumenta la grelina, lo que se traduce en más hambre y mayor ingesta calórica”.

Además, el sueño deficiente interfiere con el metabolismo, favoreciendo la acumulación anormal de tejido graso y aumentando el riesgo de hígado graso, colesterol alto y triglicéridos elevados.

“Dormir bien es vivir bien”

El descanso también es pilar fundamental para el bienestar emocional y mental.

De acuerdo con la psicóloga Tatiana Martínez , no dormir bien es no vivir bien, ya que el sueño es clave para procesar emociones, manejar el estrés y mantener el equilibrio psicológico.

“La falta de descanso adecuado afecta la producción de serotonina, la hormona que regula la sensación de bienestar. Cuando los niveles de serotonina disminuyen, aparecen síntomas como irritabilidad, mal humor, ansiedad e incluso tristeza y apatía, lo que a largo plazo puede contribuir al desarrollo de la depresión”, expuso.

Además, las personas que duermen poco tienden a ser más impacientes e irritables, incluso con sus seres queridos.