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Si algo distingue a Barranquilla, además del empuje incansable de su gente, es su gastronomía, un legado que se cocina en los fogones populares de las casas curramberas y que en cada esquina es posible deleitar.

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Es por ello que uno de los planes más sabrosos de los barranquilleros es asistir a una feria culinaria, y este fin de semana el gran protagonista es el Festival del Frito, que se vive en el Gran Malecón.

Con la participación de más de 20 emprendimientos locales y reconocidas matronas de la ciudad, el festival ofrece desde las clásicas empanadas y arepitas de anís con queso hasta fritos de edición limitada, como empanadas gigantes, papas gigantes y buñuelos de tamaño especial. Además, los visitantes podrán probar opciones exóticas como la empanada de lechona.

Está sábado la jornada fue todo un éxito: mesas llenas, largas filas y cocineros que hacían malabares para vender un buen producto. Por su parte, este domingo, desde las 8:00 a.m. se abrieron las puertas para que los visitantes hicieran de los fritos su desayuno predilecto.

Josefina VillarrealLas clásicas empanadas son bastante degustadas por los comensales.

Marisol Puerta llegó desde las 10:00 a.m. en compañía de sus hijos a saborear unas buenas empanadas sintiendo la fuerte brisa y contemplando el Río Magdalena, mientras escuchaban música tropical a través es de un picó y una pantalla gigante que fue instalada al lado del Cubo de Cristal.

“Es un espacio diferente, uno se sale de la rutina, hay buenas sillas aunque tuve que hacer una fila larga porque debimos llegar un poco más temprano pero ha valido la pena. Todo está muy rico”.

Una sensación santandereana

El barranquillero es de buen comer y en el restaurante La Casa de John lo saben. Desde el barrio Montes, llegaron al Festival del Frito con una propuesta que está dando de qué hablar: empanadas santandereanas y de lechona que rompen con todos los moldes.

“Nosotros no somos un restaurante exclusivamente santandereano, pero sí traemos platos típicos como el mute, el chivo y la carne oreada. Y por supuesto, las empanadas que son una locura”, dijo Jessica Hernández, su administradora.

Y no es para menos. Las empanadas santandereanas que ofrecen están rellenas de arroz, huevo y pollo, una combinación poco común en la región Caribe pero que ha conquistado paladares desde el primer día. Sin embargo, la gran protagonista ha sido la empanada de lechona, un homenaje al plato tolimense, con relleno de cerdo, garbanzo y arroz, envuelto en masa de maíz precocida y frito al instante.

“Ha sido una locura. Ayer tuvimos que terminar un poco antes de lo esperado porque se nos acabó y hoy estamos con toda. A esta hora (11:00 a.m.), ya hemos vendido casi 500 empanadas de lechona”.

Ernesto Cabrera esperó casi 30 minutos en la larga fila para poder probar el producto que estaba ansioso por saborear desde este sábado.

Josefina VillarrealLos comensales también disfrutan de buena música.

“Ayer estaba tan larga la fila que no quise y hoy también pero no podía perder la oportunidad. Mi familia es santandereana y siempre acostumbramos a comer lechona”.

Variedad a por doquier

No hay sabores que no se encuentren en el recinto. Las tradicionales arepas de huevo, empanadas, carimañolas, arepas de dulce, llenaban el puesto de Yomaira Herrera, una matrona de Barrio Abajo que estuvo liderando el stand de Sabor Bajero.

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“Tengo fritos de camarón, carne posta, chicharrón, morcilla, pollo con carne, pollo con queso y, por supuesto, los clásicos de carne y queso. Hay para todos los gustos”.

La jornada de este sábado fue un éxito rotundo. “Ayer se vendió todo. ¡Todo! Tuvimos lleno total de clientes. Fue una venta espectacular, de esas que uno sueña tener siempre”.