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Una modalidad de relación de pareja que hasta hace poco era vista como poco convencional comienza a extenderse entre adultos jóvenes y personas que han tenido experiencias previas de convivencia.

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Se trata de las llamadas parejas OWC (Only Weekend Couples), vínculos que se basan en encuentros presenciales únicamente los fines de semana, pero que buscan mantener estabilidad emocional y compromiso afectivo.

Este modelo ha comenzado a llamar la atención de psicólogos y sociólogos, al consolidarse como una alternativa para quienes priorizan la autonomía sin dejar de lado el deseo de una conexión sentimental. Especialistas en salud mental coinciden en que, aunque no es una fórmula universal, responde a los cambios en las dinámicas sociales actuales.

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El psicólogo Daniel López señala que para que una pareja OWC funcione, se requiere una alta capacidad de manejo emocional. “Es necesario contar con habilidades psicológicas que permitan entender, regular y adaptar las emociones, tanto propias como de la otra persona”, afirmó.

Un estudio reciente publicado por Human Nature respalda esta transformación en las relaciones afectivas. La investigación concluye que, a pesar de la diversificación de los modelos de pareja, el amor sigue siendo valorado como un componente esencial en la construcción de vínculos a largo plazo.

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La psicóloga Verónica Buchanan advierte, sin embargo, que este tipo de relación también puede generar tensiones si no se gestionan adecuadamente las expectativas.

“Cuando hay una diferencia en lo que cada uno espera del vínculo, uno de los dos puede comenzar a imaginar una relación más profunda, mientras que el otro prefiere mantenerla limitada al fin de semana”, explicó.

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Más allá de los riesgos, este modelo relacional puede ser funcional para quienes ya han vivido procesos de convivencia o desean evitar el desgaste de la rutina diaria.

“No se trata de una menor implicación emocional, sino de una forma distinta de organizar el vínculo. A veces las personas sienten que no tienen tiempo ni para sí mismas, y encuentran en este tipo de relación una forma de conexión más manejable”, sostuvo Buchanan.

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En ese sentido, el psicólogo Sebastián Girona considera que reducir la convivencia diaria puede disminuir la tensión propia de las relaciones tradicionales. “La ventaja de vernos solo los fines de semana es que el espacio compartido suele estar asociado al disfrute y no a las obligaciones o el estrés de la semana”, dijo.

Sin embargo, no todas las personas se adaptan con la misma facilidad. Aquellos con dificultades para abrirse emocionalmente pueden encontrar barreras, mientras que quienes ya cuentan con una buena disposición a compartir su vida desde la distancia podrían hallar un equilibrio adecuado.