Dentro del folclor vallenato el acordeonero Iván Zuleta Barros se ha ganado el respeto de muchos a punta de buenas notas y versos improvisados. Haciendo gala de ello, fue que llamó la atención del legendario cantante Diomedes Díaz, a quien poco le importó que recién cumpliera 18 años para escogerlo como su compañero de fórmula y ocupar así el lugar que había dejado el fallecido Juancho Rois.
El resto de la historia es muy conocida: Iván triunfó al lado de El Cacique de La Junta, grabó también con su tío Poncho Zuleta, Rafael Santos Díaz, Churo Díaz e Iván Villazón, obteniendo así muchos premios y el reconocimiento del público.
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Sin embargo, el digitador urumitero siente que le hace falta algo para ser una verdadera leyenda. Se trata de la corona en la categoría Acordeonero profesional del Festival de la Leyenda Vallenata, certamen del que ya fue rey infantil en 1988 y rey aficionado en 1994. “La dinastía Zuleta reúne más de un siglo de música. Tenemos quizás la canción vallenata que más ha trascendido en el mundo, La gota fría, de la autoría de mi abuelo Emiliano Zuleta Baquero. Creo que ya es justo y necesario que nuestra familia adorne su historial con una corona de rey profesional del Festival Vallenato, así que voy por la corona que le falta a mi dinastía”, afirma en diálogo con EL HERALDO.
Iván Zuleta recuerda con emoción sus primeras experiencias en el Festival Vallenato. “En 1988 tenía apenas 12 años cuando le pedí a mi papá participar en el concurso, me preparé y me gané la corona infantil. Luego, en 1994, cuando apenas sacaba la cédula, gané como rey aficionado, lo que me sirvió como vitrina. Gracias a esa corona, Diomedes Díaz se fijó en mi talento y me llamó a su agrupación”.

Ese llamado le cambió la vida. Al lado del Cacique de La Junta, Zuleta vivió cinco años de éxitos, consolidándose como uno de los grandes ejecutores del acordeón. “Fue un periodo de gloria, de victorias. Me dediqué por completo a la vida comercial, a las giras y grabaciones, y eso me alejó de la actividad festivalera”, explica.
Ahora, con mayor madurez y toda la experiencia acumulada, Iván siente que es el momento de regresar a la competencia con el único objetivo de ganar. “Para graduarse como acordeonero profesional y hacer historia, hay que ser rey vallenato. Ya tengo dos coronas y con la de este año que Dios me va a permitir lograr quedaría como rey en las tres categorías históricas. Sería rey por excelencia”, dice con absoluta seguridad.
Preparación y retos
Zuleta, de 48 años de edad, ha asumido su regreso al Festival Vallenato con una preparación rigurosa. “Es una preparación física, mental y espiritual. Primero, pongo todo en manos de Dios, que es el que todo lo puede. Luego, mantengo una rutina de ensayo de cuatro horas diarias, con disciplina, buena alimentación y un descanso adecuado. Me he preparado en todos los aspectos”, detalla.
A pesar de su enfoque en el festival, también tenía interés de participar en la Piqueria Profesional, un concurso exclusivo para verseadores, pero los tiempos de ambas competencias se cruzaban.
“Quizás el próximo año pueda concursar en Piqueria y, en dos años participar como candidato al rey de Reyes”, revela.
Para Zuleta, este festival tiene un valor especial, ya que rinde homenaje a Omar Geles, quien falleció en 2024. “Me duele que sea un homenaje póstumo. Hubiese querido que Omar estuviera con nosotros para recibir este reconocimiento en vida, pero sin duda es más que merecido para ese genio del vallenato”, expresa.
Un título esquivo
A pesar de su innegable legado en el vallenato, la dinastía Zuleta aún no tiene un rey vallenato profesional. Iván explica por qué: “Mi abuelo Emiliano participó en el primer festival y cuando lo mandaron a repetir la ronda definitiva con Alejo Durán ya se había ido a festejar de manera anticipada su reinado. Mi tío Emiliano nunca concursó, y mi tío Héctor, que era un prodigio del acordeón, falleció a los 21 años. Creo que Dios me tenía a mí designado para este propósito”, reflexiona.
Además de su participación en el festival, Iván tiene otros planes en mente. Su agrupación, La Tropa de Iván Zuleta, volverá a los escenarios, pero después del concurso. “Voy a retomar el proyecto, pero en este momento la prioridad es la corona. No es lo mismo decir se va a presentar ‘fulano de tal’, que decir llegó el rey vallenato. Quiero aprovechar este galardón para abrir nuevas puertas”, sostiene.
Para las nuevas generaciones de acordeoneros, Iván tiene un mensaje claro: “La clave es la pasión, la dedicación y la disciplina. Y sobre todo, estudiar el vallenato raizal, el de origen”.
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El jueves pasado el virtuoso acordeonero se inscribió oficialmente en la competencia. Confiado en su talento y en su preparación, está listo para escribir un nuevo capítulo en la historia de la música vallenata y, con ello, realzar el legado de su familia con la ansiada corona de rey vallenato profesional.