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Este 14 de abril se conmemoran ocho años del trágico accidente automovilístico en las carreteras del departamento de Sucre que le arrebató la vida a Martín Elías Díaz Acosta, uno de los máximos exponentes de la nueva ola del vallenato e hijo del legendario Diomedes Díaz.

Aquel Viernes Santo de 2017 aún permanece en la memoria de millones de fanáticos que vieron partir prematuramente al carismático artista de 26 años. Hoy, su legado continúa más vivo que nunca, gracias a la voz y pasión de su hijo, Martín Elías Jr., quien en diciembre del año pasado decidió lanzarse de lleno a la música con el propósito de honrar la memoria de su padre y continuar escribiendo su historia en el pentagrama del folclor.

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En diálogo con EL HERALDO, el joven artista, que empieza a construir su propia historia musical, compartió recuerdos íntimos de su padre, esos que sólo él pudo conocer en el seno de su hogar.

“Lo que más extraño de él es su faceta de papá. Me daba la comida, me cambiaba, jugaba conmigo y mi hermana Paula Elena. Era como un niño en cuerpo de adulto, juguetón, sentimental y cariñoso”, expresó con emoción. “Él era como nuestro hermano mayor. Jugábamos Play Station y fútbol, hasta mis 9 años disfruté al máximo al papá más noble del mundo”.

CortesíaMartín Elías Jr. junto a su madre Caya Varón.

Martincito tenía apenas 9 años cuando su padre falleció. De aquel fatídico día, rememora con especial ternura el último momento que compartieron juntos, en el que asegura hubo una despedida muy especial: “Estábamos en el hotel jugando fútbol, yo arqueaba y él y mi hermana pateaban el balón. Nos abrazó luego de hacer un gol y nos dijo que nos amaba, hoy lo analizo y fue como una despedida sin saberlo”.

Un debut inesperado

Su debut como cantante ocurrió, paradójicamente, en el sepelio de su padre, cuando conmovió al país recitando unos versos en su honor. “Ese día recité algo distinto a lo que había ensayado, los nervios me ganaron, pero ahí comenzó todo. Ahora que puedo materializar ese amor por la música, es un orgullo inmenso”, cuenta el joven intérprete.

En apenas cuatro meses de carrera ha sido nominado a premios como los Latino Awards en Nueva York y los premios Upar Awards. Además, hoy lanzará una canción muy especial titulada El cantante, compuesta originalmente para su padre y que él mismo interpretará. “Es como una carta que un papá no pudo responder, pero ahora su hijo le da voz. Sale justo en el aniversario de su partida”.

A su lado en esta aventura musical está Santiago Oñate, joven acordeonero que aspira este año a la corona juvenil del Festival Vallenato. “Tenerlo como fórmula me recuerda a Iván Zuleta con mi abuelo Diomedes. Él fue rey infantil y ahora va por más. Vamos a guerrearla juntos”.

“Martín era muy tímido”

Su tío Elver Díaz fue quien lo inició en el mundo musical al convocarlo para hacer parte de La Familia de Diomedes, una agrupación que armó para sostener el legado de El Cacique de La Junta cuando este se encontraba preso. “Decidí armar el grupo con mis hijos y mis sobrinos. Martín era el más pequeño y quizás por eso el más tímido al principio, pero tenía una voz clarita y un carisma especial”, relató.

CortesíaSu tío Elver Díaz y su primo Che Díaz comparten algunas anécdotas.

Fue precisamente Elver quien lo convenció de subirse por primera vez a una tarima. “Le dije: ‘Te vas a ganar tu platica, tu celular’, y le cantó a la gente La Juntera. Tenía melodía, timbre, y yo sabía que la afinación se corregía, pude ir moldeando su talento y como él era muy juicioso hacía caso en todo”.

Con el pasar del tiempo Martín empezó a perder el miedo y a ganarse al público con versos como este: “Mi papá bien tempranito me dijo Martín Elías, vaya y cántele bonito a toda la gente mía”. Era tal el fervor que provocaba que a veces la Policía debía intervenir para controlar al público al finalizar sus shows.

“Aunque luego no nos veíamos tanto por nuestras ocupaciones, seguía siendo un muchacho agradecido y de buenos sentimientos”, recuerda Elver. “Lo que más extraño es su cariño, su nobleza, él era muy servicial y generoso con todos”.

“Se ponía a llorar”

Una anécdota que recuerda con especial cariño su primo Elver José ‘el Che’ Díaz, es que Martín Elías se ponía a llorar a su lado porque al ser los más pequeños, los ponían de último en las presentaciones. “Un día se dio cuenta de eso y me preguntó por qué nos dejaban de último, y yo le dije que mi papá me había contado que era porque había que cerrar todas las presentaciones con broche de oro y que como él tenía la mejor voz, por eso le correspondía ese turno. Se quedó pensativo y se secó las lágrimas antes de subir al escenario”.

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Ocho años después, la ausencia de Martín Elías aún duele, pero su voz sigue viva en cada acorde, en cada verso, en cada seguidor que canta las canciones del denominado ‘Terremoto del Vallenato’.