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El talento barranquillero no para de brillar por el mundo y en distintos campos, prueba de ello es lo que acaba de lograr Carlos Donado, de 34 años, un inmunólogo especialista en enfermedades autoinmunes, que realizó un doctorado y posdoctorado en Inmunología en Harvard.

Este joven que nació y vivió en Barranquilla hasta los 16 años, ciudad en la que completó sus estudios de secundaria en el Colegio Marymount, acaba de alcanzar un logro muy significativo en su carrera médica y científica.

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Como investigador en Harvard lideró un estudio que cambia la forma en que entendemos y tratamos enfermedades inflamatorias como el lupus, la artritis reumatoide o el síndrome de Sjögren, entre otras.

Desde su laboratorio en el prestigioso Brigham and Women’s Hospital, afiliado a la Universidad de Harvard en Boston, Donado encabezó un estudio que identificó a la proteína granzima K como un actor fundamental en la aparición y progresión de estas afecciones. Este hallazgo es catalogado como fundamental y podría abrir el camino hacia nuevas rutas terapéuticas y el desarrollo de nuevos medicamentos.

Este estudio que ha sido destacado por Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial, ayuda a comprender mejor el sistema inmune y el tratamiento de enfermedades inflamatorias, según explica el propio Donado.

CortesíaDonado ha sido el líder de esta importante investigación que contó con tecnología de avanzada.

La mirada de Carlos desde su época estudiantil se fue centrando en entender por qué el sistema inmune ataca los tejidos del propio cuerpo en enfermedades autoinmunes como la artritis. Utilizando tecnologías de vanguardia, como el análisis de ARN a nivel unicelular, su equipo examinó el tejido sinovial de las articulaciones de pacientes con artritis reumatoide y descubrió una población específica de linfocitos T CD8 con una particularidad: todos producían grandes cantidades de granzima K, una proteína poco estudiada hasta entonces.

Donado y su equipo han encontrado la misma población de linfocitos T que producen granzima K es abundante en los tejidos infamados de pacientes con otras enfermedades autoinmunes.

“La presencia masiva de estas células en los tejidos inflamados sugería que no estaban ahí por accidente. Algo estaban haciendo, y al analizarlas descubrimos que lo que las caracterizaba era precisamente la producción de granzima K”, explica.

Al evaluar la función de granzima K, descubrimos que esta proteína activa uno de los componentes más importantes del sistema inmune: el complemento, un conjunto de proteínas que constantemente patrulla nuestro cuerpo en busca de señales de infección. Cuando detecta patógenos, este conjunto desencadena una cascada inflamatoria que moviliza nuestras defensas para neutralizar la amenaza.

“Nosotros descubrimos que, en lugar de activar el complemento contra patógenos, la granzima K lo dirige contra las propias células y tejidos del cuerpo, causando inflamación y destrucción de tejidos que no deberían de ser atacados”, ahonda Donado.

En animales de laboratorio, Donado y su equipo hallaron que aquellos animales en los que el gen responsable por la producción de granzima K es eliminado están protegidos contra el desarrollo de artritis y soriasis.

Para Donado, este hallazgo marca un hito personal y profesional. “Lo más gratificante es saber que esto puede tener un impacto real en la vida de millones de personas que viven con enfermedades autoinmunes. Quiero seguir haciendo descubrimientos relevantes para la humanidad”.

Una puerta que se abre

Tras varios años de trabajo experimental, los resultados fueron contundentes y conllevan a considerar a la granzima K como un posible blanco terapéutico. “Si logramos bloquear su acción, podríamos detener o disminuir el daño que ocurre en enfermedades como la artritis reumatoide o el lupus”, explica Donado con total entusiasmo.

CortesíaAhora Carlos Donado será promovido como profesor de Medicina.

En tono de confesión, el investigador detalla que él lo que descubrió fue que “la granzima k puede descontrolarse y hacer que nuestro sistema inmunitario dañe tejidos sanos. Es como una proteína que nos traiciona un poco porque las producen estos linfócitos T, que están expandidos y son muy abundantes en los tejidos afectados por enfermedades inflamatorias”.

El trabajo liderado por Donado ha tenido una gran acogida en la comunidad científica, y para él, representa un punto de inflexión en su carrera. “Mi sueño ahora es establecer mi propio laboratorio, ser profesor y continuar investigando para aportar soluciones reales desde la ciencia”, afirma con convicción.

Nuevos retos

La importancia y visibilidad que ha tenido su descubrimiento, ha permitido que Donado Parra, comience a ser promovido como profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, y que además empiece a liderar su propio laboratorio dentro del campus universitario y en el hospital Brigham and Women’s en Boston.

“Quiero empezar una iniciativa con las mejores facultades de medicina de universidades colombianas para ofrecerles la oportunidad a un número selecto de médicos/estudiantes de trabajar en mi laboratorio y regresar a Colombia con la experiencia y conocimiento que pueden adquirir acá”.

Su propósito es fomentar el desarrollo de talento colombiano en una de las mejores instituciones del mundo y que ese talento regrese al país formado, listo para ayudar a evolucionar las ciencias médicas en Colombia. “La ciencia necesita curiosidad, constancia, y sobre todo creer que uno sí puede aportar algo al mundo. Yo apenas estoy empezando, el camino es largo y quiero enfocarme en la relevancia terapéutica de nuestro descubrimiento y nuevos hallazgos”.

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Aunque hoy vive en Boston y trabaja en uno de los hospitales más prestigiosos del mundo, Carlos no olvida sus raíces. Carlos, quien confiesa que lo que más extraña de Colombia es su comida típica, en especial la carne en posta cartagenera con arroz de coco.

Su historia, tejida entre laboratorios y microscopios, es también la historia de un colombiano que sueña con entender las enfermedades desde su raíz, y que con cada descubrimiento busca hacer del mundo un lugar más saludable.