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Con el coro 'buenas noches presidente, buenas noches cómo está, la danza del garabato lo ha venido a saludá', los danzantes de esta afamada comparsa se congratularán con propios y visitantes en su paso por cada una de las presentaciones que tendrán en las carnestolendas, que irán del 26 al 29 de marzo.

El Garabato de la Ocho confía en exponer todo su potencial, sus integrantes están listos para adornar la Vía 40 con sus camisas amarillas manga larga, el llamativo ‘peto’ azul de lentejuelas y el distintivo pantalón negro con encajes. Mientras tanto las mujeres, con su falda larga de colores que representan la bandera de Barranquilla, una blusa de escote amplio y un adorno en la cabeza, solo esperan que llegue la fecha anhelada para sentir el calor de su gente y el bailar en el sol carnavalero ardiente en pleno desfile.

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Como Garabatico inició esta danza en 1998 y fue una de las primeras en la categoría infantil en desfilar en el Carnaval de Barranquilla. La directora y fundadora, Magaly Salas, en conversación con EL HERALDO señaló que estaba en busca de una danza que representara una lucha entre la vida y la muerte, puesto que ella había sido el claro ejemplo de esta frase en tres ocasiones. La primera cuando tuvo a su hija de cinco meses; la segunda, un infarto hace dos años, y recientemente una operación a corazón abierto.

'En la Ocho no veía nada alusivo al Carnaval. Esta danza se dio luego de terminar un pesebre y conversar con todos los padres de los niños, les expuse mi idea y llegamos a la conclusión de que el garabato es algo que sin duda nos estaba representando. En el 2005 conformamos nuestro Garabato de la Ocho y el Garabatico pasó a ser de mi hermana Martha', dijo.

El garabato es un constante coqueteo entre la pareja, hasta que aparece la muerte a querer dañarlo, pero le sale el ‘tiro por la culata’ porque el varón con su bastón de mano —el garabato pintado de blanco y adornado con cintas de colores—, le gana la partida, demostrando así la perpetuidad de su orgullo.

Los bailarines en cada movimiento demuestran cómo la alegría vence ante sus pies la tristeza. El sofocante sol se torna escarlata en sus capas y por encima del blanco de sus caras pintadas, sus sonrisas son el reflejo simbólico de la superioridad de la felicidad. La misma destreza de estos bailarines y lo que representan ha llamado la atención de los carnavaleros, que disfrutan de estas fiestas.