En la gran pantalla, una vez más, la violencia machista se hace presente, esta vez con Romper el círculo, la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Colleen Hoover, que ha cautivado a millones de lectores y ahora busca llevar su mensaje a un público aún más amplio.
No es una película suave ni complaciente, y mucho menos una historia de amor convencional. Lo que la autora detrás de este fenómeno, y Justin Baldoni, su director, logran es desmantelar, sin misericordia, la máscara que esconde el abuso bajo la apariencia de una relación perfecta.
La historia de Lily Bloom, interpretada por Blake Lively, es la de muchas mujeres: una infancia marcada por la violencia, una adultez construida con los escombros de un hogar roto y una búsqueda desesperada por redescubrir la fortaleza perdida en medio del caos.
El filme deja al descubierto una de las problemáticas más persistentes y devastadoras que enfrentan las mujeres en todo el mundo: la violencia doméstica.
En el papel de Lily, Lively da vida a una mujer que, tras superar los traumas de un padre violento, cree haber encontrado la felicidad con Ryle Kincaid, un neurocirujano exitoso y encantador, interpretado por el propio Baldoni. Sin embargo, la ilusión se desmorona lentamente, revelando un ciclo que parecía olvidado pero que vuelve con fuerza: el abuso.
Es en esta parte de la trama donde el corazón de la película se alinea con la realidad de miles de mujeres. La violencia machista no siempre llega con golpes inmediatos, muchas veces se infiltra en los momentos más felices, disfrazada de celos, control o manipulaciones emocionales.
Se enciende el debate
Pese a que para Josephine Landertinger Forero, directora de cine, formadora por la equidad y diversidad, la cinta tiene varias carencias, reconoce que cumple con su función de generar conversación sobre la violencia de género, y que su enfoque “masticable” la hace más accesible para un público amplio.
“Intenta empatizar con el abusador y entender las causas del abuso, al mismo tiempo que intenta estar del lado de la sobreviviente”, explicó la cineasta a esta casa editorial.
Dinámicas matizadas
Desde los celos y el control hasta la manipulación y las agresiones verbales y físicas, la cinta pone sobre la mesa cómo estas dinámicas suelen ser matizadas y, en algunos casos, validadas bajo el disfraz del “amor romántico”.
“El control, los celos, la manipulación, las agresiones verbales y físicas, sin importar el contexto y el sujeto, son motivo de señalamiento y matizarlas abre la posibilidad a su validación y repetición”, manifestó Nazly Mulford Directora de la Fundación Cedesocial.
La película también aborda la superación de traumas y plantea la posibilidad de cambio. Sin embargo, este proceso no es inmediato ni sencillo. Como refleja el filme, la separación de una relación violenta conlleva un proceso, y la sanación del trauma no es visible de manera instantánea. El tiempo juega un rol crucial en este proceso, y romper el círculo de violencia depende en gran medida de los contextos de la persona afectada.
“En nuestro contexto y en la violencia estructural es más difícil romper ese círculo de violencia porque escasean aspectos importantes, como la independencia económica, el apoyo familiar y el acceso a recursos psicosociales o terapéuticos”, indicó Mulford.
¿Cómo romper ese círculo?
Salir de una relación abusiva no es tan sencillo como parece. De acuerdo con la psicóloga, Tatiana Martínez, son muchos los factores que influyen en la complejidad de tomar esta decisión.
“El apego hacia el abusador juega un papel crucial. Esta relación también puede incluir momentos de reconciliación que confunden aún más a la víctima”.
A pesar de las dificultades, es posible romper el ciclo de abuso. La clave, según la psicóloga, está en contar con el apoyo adecuado, tanto a nivel personal como profesional. “Hay muchas personas que logran romper el ciclo de abuso y comenzar su proceso de sanación con el apoyo adecuado”, expresó.
La psicóloga destaca que las víctimas suelen ser alejadas de sus redes de apoyo, lo que limita su acceso a ayuda externa y las deja aún más vulnerables.
Buscar ayuda profesional y contar con una red de apoyo sólida son pasos esenciales para iniciar el proceso de recuperación.
“La falta de información sobre cómo salir de una situación abusiva puede ser un obstáculo significativo, por eso tenemos que siempre mantener las alertas”.
¿La cinta hizo una representación realista?
Una de las principales críticas de la directora de cine, Josephine Landertinger Forero, hacia la película es su falta de verosimilitud en ciertos aspectos de la historia.
“Hay muchos detalles que siento que están puestos en escena de manera poco realista”, dice, aludiendo a escenas que perpetúan estereotipos de género y que, en su opinión, ya están pasados de moda. Josephine también cuestiona la falta de consistencia en el personaje principal, Lily, quien, a pesar de ser una mujer emprendedora, parece estar siempre en casa cuando su esposo llega.
“Si ella tiene un negocio, ¿entonces no hay días que también llega tarde a casa?”. En sus palabras, la cinta ha cumplido con su propósito de “hacer hablar a la gente” y abrir el debate sobre un tema que aún es considerado tabú en muchas sociedades.
“Me parece valiente en los tiempos de hoy hacer películas que pongan a debate el tema sobre la violencia machista con esta apuesta de llegar a masas”.