El Alzheimer y otras formas de demencia son trastornos neurodegenerativos que afectan la memoria, el pensamiento y el comportamiento de las personas. Estas enfermedades suelen desarrollarse de manera progresiva, impactando no solo a quienes las padecen, sino también a sus familiares y cuidadores.
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Y es que el Alzheimer es la causa más común de demencia y se caracteriza por la acumulación de proteínas anormales en el cerebro, lo que provoca la muerte de las neuronas y una disminución en las funciones cognitivas.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la pérdida de memoria, la desorientación, los cambios de humor y la dificultad para realizar tareas cotidianas. Aunque actualmente no existe una cura definitiva, hay tratamientos y terapias que pueden ayudar a ralentizar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Una de esas actividades que pueden aplazar la aparición del Alzheimer ha sido revelada por investigadores de la Universidad de Toronto, quienes destacaron que para las personas mayores es importante que haga nuevas experiencias cada día.
Esto mejorará la memoria, el estado de ánimo y el bienestar general. La doctora Melissa E. Meade lideró un estudio que fue publicado en Scientific Reports en el que sugiere la importancia de integrar actividades nuevas y estimulantes en la vida cotidiana, especialmente para los adultos mayores.
“Con la edad, el entorno poco estimulante y el aislamiento son factores de riesgo para el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer”, dijo uno de los investigadores llamado Morgan Barense.
Señaló que pequeñas acciones, como regalar flores a un ser querido, pueden tener impactos notables en el bienestar general y la memoria.
Los investigadores de Toronto hicieron un estudio con 18 participantes saludables de edad promedio de 71 años, durante el confinamiento por la pandemia en el verano de 2020.
En el cual los participantes fueron animados a incorporar experiencias novedosas en su rutina diaria. Con una aplicación que simula la función del hipocampo en el proceso y almacenamiento de los recuerdos, los participantes pudieron grabar y evaluar sus experiencias diarias.
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También grabaron sus emociones y percepción del tiempo. Con todo lo que recolectaron obtuvieron en los resultados que hacer nuevas actividades condujo a mejoras en la memoria, estados emocionales más positivos, reducción del aburrimiento y una percepción acelerada del tiempo.
“Los pequeños cambios, como alterar la ruta habitual de un paseo, pueden tener efectos profundos en la memoria y el estado de ánimo”, recalcó Barense.
Asimismo, con mantener una vida activa, una alimentación equilibrada y el contacto social pueden contribuir a reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades.
