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Los alimentos deben conservarse en un lugar fresco para que su durabilidad sea mayor. Las personas por lo general suelen almacenarlos en refrigeradores, especialmente en lugares de clima caliente, mientras que otras prefieren congelarlos para que la durabilidad sea mucho mayor y el sabor se mantenga.

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Pero esta teoría de la conservación de los alimentos y el sabor intacto como si estuvieran frescos, mientras se congelan, ha generado gran debate en la sociedad, ya que algunos aseguran que los productos congelados pierden los nutrientes.

Sin embargo, un estudio reciente de la Sociedad Química Estadounidense reveló que los alimentos congelados también pueden ser saludables, quedando en mito la teoría de pérdida de propiedades y nutrientes de los alimentos congelados.

La investigación titulada ‘Retención de vitaminas en ocho frutas y verduras: una comparación del almacenamiento refrigerado y congelado’, se centró en el análisis de varios alimentos como el brócoli, la espinaca, las fresas y el maíz, para determinar su reacción bajo condiciones de refrigeración, y así demostrar si realmente dichos alimentos alteraban su composición.

De igual manera, en el estudio, publicado en la Revista de Química Agrícola y Alimentaria, se analizaron cuatro vitaminas presentes en diferentes productos de frutas y verduras “para evaluar las diferencias entre productos frescos y congelados”, se lee en la revista.

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Estas vitaminas fueron: Ácido ascórbico (vitamina C), riboflavina (vitamina B2), α-tocoferol (vitamina E), y β-caroteno (pigmento liposoluble que se convierte en vitamina A). Todas fueron evaluadas en alimentos como: guisantes (arvejas), maíz, espinacas, zanahorias, brócoli, arándanos, judías verdes y fresas.

Los investigadores aseguraron que durante el análisis el ácido ascórbico (vita C) ”no mostró diferencia significativa para cinco de los ocho productos y fue más alto en muestras congeladas que frescas para los tres productos restantes. Aparte del brócoli y guisantes, que fueron más altos y más bajos en muestras congeladas vs frescas, respectivamente, ninguno de los productos mostró diferencias significativas con respecto al contenido de riboflavina”.