El inclemente sol de la mañana de ayer no fue obstáculo para que cientos de católicos salieran a exigir justicia por las calles de la capital sucreña por el asesinato del sacerdote Fernando Gabriel Meza Luna.
El sacerdote, que oficiaba como párroco del Santuario Diocesano ubicado en el barrio Versalles, en la zona norte de Sincelejo, fue herido de dos balazos, uno de ellos en el tórax, por hombres que lo atracaron.
Testigos del hecho indicaron que el párroco fue abordado por los antisociales cuando descendía de su vehículo para ingresar a la casa cural.
Los vecinos del sector lo socorrieron y trasladaron en su mismo automóvil a la Clínica Santa María, y falleció mientras era intervenido quirúrgicamente. También contaron que hacía dos meses se había resistido a un atraco.
La Marcha. Desde las 7 de la mañana hombres, mujeres y jóvenes que conocían al sacerdote que había oficiado en varios municipios del departamento de Sucre se unieron en una sola voz y con un solo clamor de justicia.
'Que el crimen de este sacerdote, de este siervo de Dios no quede en la impunidad, como tampoco los de otros tantos que han perdido la vida por la inseguridad en Sincelejo y Sucre', dijo Clara Inés Romero, una joven que labora en los proyectos sociales de la iglesia.
Al igual que ella Silvia Castro Zabala, quien reside en el barrio Cuatro Vientos de Sincelejo, le exigió a las autoridades más seguridad ya que uno de sus hijos también fue víctima de un atraco.
Por su parte Ariel Hernández, otro feligrés que ayer lideró la movilización que se apostó en las afueras del Comando de Policía y de las residencias del Gobernador y el Alcalde de Sincelejo, dijo que el sacerdote fue un ejemplo del amor de Cristo porque todo lo que recibía lo daba en su apostolado.
Por la inseguridad. A su turno Antonio Montes, uno de los vecinos de la Casa Cural, donde fue asesinado el presbítero, lamentó que la inseguridad hubiese tocado a la puerta de este hombre que siempre estuvo al servicio de Dios.
'El padre Fernando estaba con nosotros desde el mes de noviembre y su misión evangelizadora era muy buena', dijo Montes, al tiempo que recordó que en la semana que culminó hubo seis atracos en la zona, por lo que pide mayor presencia de la Policía.
Su familia clama justicia. Su hermano Jaime Meza Luna culpó a la inseguridad del dolor que hoy los embarga y pidió a las autoridades 'que la sangre derramada por mi hermano sirva para que se haga justicia y cesen tantos crímenes'.
Su sobrino Álvaro Jiménez Meza, ex concejal de Sincé, sostuvo que la familia está desconcertada, 'este es un golpe bajo y pido a las autoridades que esta muerte no quede impune. Hoy entendemos el dolor de las madres y familias al perder un hijo por la violencia y la inseguridad que hay en Colombia. Le pedimos a los administradores de la justicia para que la administren de buena forma, que la muerte de este sacerdote sea la gota que rebose la copa amarga'.
Su primo y compañero de estudios, Óscar Meza Toloza,recordó al padre Fernando como un hombre servicial, inteligente y cariñoso.
Cambio en la programación. El homicidio del sacerdote Fernando Meza Luna también hizo modificar la programación religiosa prevista para finalizar la Cuaresma y darle paso a la Semana Santa.
Ayer algunas parroquias no celebraron eucaristía en los horarios establecidos y otras las oficiaron párrocos que no son de esas iglesias, porque los vicarios de la Diócesis de Sincelejo se congregaron desde las 10 a.m. para preparar el sepelio del sacerdote asesinado.
Fue así como postergaron para el próximo sábado 28 de marzo a partir de las 8:30 de la mañana la Misa Crismal que estaba programada para esa misma hora el martes 24 en la Catedral San Francisco de Asís.
En lugar de concentrarse los sacerdotes en torno a esa tradicional misa que congrega además a centenares de feligreses de todo el departamento, estos lo harán en el municipio de Sincé donde a las 9 de la mañana se efectuarán las honras fúnebres del presbítero Fernando Meza Luna.
La Misa Crismal la presidirá el nuevo obispo de Sincelejo, monseñor José Clavijo Méndez, quien el viernes 27, a las 8:30 a.m., se posesiona en la Catedral en un acto que preside el nuncio apostólico Ettore Balestrero que arriba a la capital sucreña el jueves.
Tampoco habrá caravanas el miércoles para recibir al nuevo obispo como estaba previsto en Sincelejo, Corozal, Los Palmitos y Ovejas.
Un padre con vocación de servicio
Tenía 53 años, era hijo de Eugenio Meza Galé y María Luna (fallecida). Era el último de 10 hermanos.
Ingresó al seminario Juan XXIII de Barranquilla el 4 de febrero de 1982 y se ordenó sacerdote el 25 de febrero de 1987. Fue párroco en las iglesias de Toluviejo; la Medalla Milagrosa y el perpetuo Socorro, en Sincelejo; la Santísima Trinidad de San Marcos y últimamente en Nuestra Señora de Fátima y el Santuario Diocesano Nuestra Señora de la Paz en Sincelejo.
Estudió Teología en Roma. Allá tuvo la oportunidad de conocer al Papa Juan Pablo II, fue capellán del Sena, de Cecar, del colegio las Mercedes y catedrático en la Escuela Normal Superior de Sincelejo.
Quienes lo conocieron lo describen como un sacerdote con vocación de servicio. Con las juventudes tenía mucha empatía porque lideró los cursillos de cristiandad.
Autoridades ofrecen recompensa de $50 millones
La Policía Nacional en asocio con la Gobernación de Sucre y la Alcaldía de Sincelejo anuncian una recompensa de hasta $50 millones por la información que permita capturar a los homicidas del sacerdote.
El coronel Óscar Lopez Ortiz, comandante de la Policía en Sucre, lamentó la situación, al tiempo que dijo que un grupo interinstitucional, integrado por la Policía y Fiscalía, trabaja en el esclarecimiento del caso y la captura de los responsables.
Precisó el oficial que 12 minutos antes de ser herido de muerte el sacerdote había hablado con personal de la Policía del Cuadrante.
Indicó que los atracadores huyeron y en el camino se tropezaron con una patrulla policial que los perseguía pero que les perdió el rastro por el sector de El Lago, sobre La Variante a Tolú.
Desde ayer al mediodía arribó al Comando de Policía de Sucre el brigadier general Carlos Enrique Rodríguez González, comandante de la Regional 8 de la Policía, quien se reunió con los oficiales para coordinar los operativos.