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Sincelejo. El obispo de la Diócesis de Sincelejo, monseñor José Clavijo Méndez, se mostró de acuerdo con los planteamientos doctrinales que sobre el homosexualismo planteó el presidente de la comisión de Vida de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, pero anotó que lo expresaría de otra forma y no con ese humor.

El máximo representante de la Iglesia Católica en este departamento reconoció que monseñor Córdoba por el escenario en el que se encontraba -un conversatorio de la Fundación Buen Gobierno sobre los derechos de la comunidad Lgbti- pudo haber dicho las cosas de esa forma con la finalidad de ser más expresivo en su argumento, de llamar la atención, hablar de forma corriente y ser más pedagogo.

'No porque se es homosexual, se es pecador. Esa condición de homosexual no es la que marca el pecado. Ser homosexuales no es ni bueno ni malo, ni enfermo ni sano', fueron algunas de las expresiones que el alto prelado del catolicismo en Colombia expresó ante un público numeroso y que hoy tienen abierto un debate en el país, en especial entre los miembros de la comunidad Lgbti.

Sobre el matrimonio igualitario y la adopción de menores por parte de homosexuales, el clérigo de la Conferencia Episcopal sostuvo que 'no es de ganar batallas por genialidad -una pelea de penes o vaginas- esto no son peleas de ese estilo. Queridos hermanos y hermanas, homosexuales y lesbianas, la Iglesia los ama y somos pastores de muchos de ustedes', sentenció Córdoba.

Por su parte Clavijo Méndez advierte que la santidad de la vida sexual no es solo la parte genital sino toda la persona y la dignidad de esta, además advirtió que monseñor Córdoba dejó claro en su exposición que hay que querer y respetar a los homosexuales y a quienes tienen diversas inclinaciones que es lo que la Iglesia siempre ha dicho, porque 'uno como iglesia no es nadie para juzgar a nadie. Dios solo juzga las actuaciones de las personas'.

El Obispo de Sincelejo manifestó que a 'estas personas se les quiere y se les orienta en la iglesia como a cualquier otro ciudadano' y sentenció que cualquier persona puede llegar a ser santo, pero recordó que para ello hay unos principios morales y 'no es lo mismo que una persona tenga inclinaciones homosexuales pero lleve un combate espiritual que es el mismo que lleva una persona casada. Yo conozco personas que viven santamente sabiendo que tienen esas inclinaciones, pero no caen en actos que en la Biblia no son vistos como agradables a Dios. Lo que se juzga moralmente son las actuaciones de las personas, pero no a las personas', anotó.