'Estoy vivo todavía. No sé hasta cuándo, pero todavía estoy dando lidia', fue la frase del maestro Calixto Ochoa cuando amigos y familiares llegaron hasta su residencia, en el barrio La Terraza, a felicitarlo.
A ‘el Negro Cali’ se le vio con la misma picardía y elegancia que lo caracteriza, tal vez porque no era un día más. Ayer celebró 81 años, que pese a los tropiezos, los califica como bien vividos.
'Yo no creo que vaya a cumplir muchos años más, pero hasta ahora he cumplido bastante: 81 primaveras. Estoy firme, pero a mí me dio una isquemia y camino muy mal, debo usar un bastón porque no puedo sostenerme fuerte', dijo el maestro, quien reflexionó sobre la vida y la muerte y recordó a sus amigos fallecidos.
'Desde que estoy enfermo se han ido muchos. Algunos de ellos son Enrique Díaz, Aniceto Molina, Julio Fontalvo y mi gran amigo Diomedes Díaz. Pero así es la vida, uno tiene que esperar que le llegue el momento', sentenció.
La celebración. Desde tempranas horas de la mañana llegaron personas a su residencia para felicitarlo. Uno de ellos, el cantante Farid Ortiz, le regaló una serenata con algunos de sus éxitos.
Marily fue la canción con que inició su repertorio, y desde ese momento la sonrisa que iluminaba el rostro de Ochoa se fue apaciguando, dándole lugar las lágrimas. 'No lloro de tristeza, es pura alegría', explicó el maestro.
Ortiz aseguró que estar en un cumpleaños de Ochoa es motivo de placer y orgullo pues su legado es inmenso. Tanto, que sería imposible grabar toda su música en el tiempo que le queda de vida.
'Calixto hace muchos años que se retiró de las tarimas, pero sigue vigente en toda Colombia y Latinoamérica. Es muy difícil que una figura como esta vuelva a nacer, solo cuando Jesucristo lo ordene y diga: ‘va otra persona como Calixto para la Tierra otra vez’. Estas personas no se ven todos los días, y mientras tengamos vida, vamos a tener presente esta fecha'.
‘El Rey de los Pueblos’ le ha grabado canciones como Buscando a Diana, El Mosquito y Las casadas, entre otras.
Al lado de Ochoa, como permaneció durante 15 años, estaba Hugo Rivera, su amigo y compañero musical. 'Durante 15 años fui corista de la agrupación del maestro. Lo considero una persona muy profesional, servicial y con un talento excepcional', dijo.
La fiesta, según los invitados, parecía no tener hora para acabar. Con el transcurrir de las horas iban llegandomás personas a felicitar a Calixto. Él, en medio de todos, aseguró que no tiene ninguna clave para estar vivo. 'Todo se lo debo al permiso que Dios me ha dado. Eso es hasta que Él quiera'.