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Ovejas. Para la conmemoración de los 15 años de la masacre de 27 campesinos en Chengue a manos de las Auc, el pueblo que por años estuvo desolado, volvió a llenarse de vida. Allí se encontraron familias que aún lloran a sus muertos y que todavía no saben con certeza por qué fueron masacrados por los paramilitares.

El dolor no parece haber desaparecido porque las lágrimas aún corren por las mejillas de las viudas, mientras los más jóvenes relatan los hechos como si hubieran vivido aquel doloroso episodio en el que los hombres fueron asesinados a punta de 'mona'.

No tienen nada

Alejandro Meriño asegura que pese a su decisión de volver, aún no cuentan con viviendas porque las 30 que fueron incendiadas el día que empezó la tragedia permanecen sin reconstruir, por lo que según él, las pocas familias que han vuelto, alrededor de 50, viven hacinadas.

Esto es ratificado por Jairo Barreto López, coordinador de la Asociación de Víctimas de Chengue, (Asoviche) quien en tono más crítico asegura que lo único que tienen son las ganas y la firmeza de querer volver a la tierra que los vio nacer.

Relata que hace 15 años además de asesinar a 27 habitantes, los paramilitares quemaron el 70 por ciento del pueblo. 'Necesitamos vivir dignamente y eso contempla los servicios públicos, y la energía se va casi todos los días, no tenemos alcantarillado y además bajó la producción en el campo por la falta de apoyo', dice.

A perdonar

En medio del recuerdo por lo vivido y de las necesidades que padecen, los familiares de las víctimas empezaron el día con una eucaristía presidida por el sacerdote Osvaldo de la Rosa. En la ceremonia oficializada bajo una carpa, el padre los invitó a perdonar y empezar una nueva vida en medio del amor.

Los jóvenes, que conocen de la tragedia por lo que le han contado sus papás y abuelos, conformaron el grupo Voces Resistentes, que ayer se encargó de pintar un mural de muchos colores para no olvidar el 17 de enero del 2001.

La obra quedó plasmada en la única casa que aún deteriorada permanece en pie.

La mayoría de los habitantes de Chengue pintaron sus manos de varios colores para plasmarlas en la pared. Y en los mensajes escribieron 'Esperanza', 'Fe‚ y 'Amor'.

El alcalde de Ovejas, Mauricio García Cohen, quien asistió con los miembros de su gabinete, dijo que lucharán por la reparación integral y colectiva al tiempo que se comprometió a crear la Secretaría Municipal de Víctimas, iniciativa avalada por la Gobernación de Sucre que ayer fue representada por el secretario Privado, Cristo García.

Más apoyo

'Tengo conocimiento que desde hace cuatro años nadie del departamento se acercaba a Chengue, eso quiere decir que lo que se está gestando es el olvido y no la memoria, y el olvido es un pecado con la historia, si nos olvidamos de las víctimas quiere decir que no existió la masacre ni esas personas existieron', dijo el funcionario.

Manifestó que a partir de ahora desde la administración de Édgar Martínez habrá mucho más compromiso con las víctimas. 'Vamos a centrarnos en la reparación, ya está bueno de papelitos, toda la ayuda tiene que materializarse', dijo García.

María Sequea Montes, una de las viudas, y quien dice sentir el mismo dolor de hace 15 años, es otra de las que quiere retornar a su pueblo.

'Esto es duro, no se lo deseo a nadie, mi esposo Jaime Meriño Ruíz no le debía nada a nadie, lo único que hizo fue dar la vida para que no mataran a ninguno de mis tres hijos, yo también hubiera hecho lo mismo, sin embargo, quiero volver porque es mi tierra, la que me vio nacer y en la que quiero morir', concluyó.