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Vista Hermosa no tiene su nombre por casualidad. Desde lo más alto de este barrio del norte se divisan los Montes de María, pero ayer el panorama tenía un nuevo ingrediente: en lo más alto se observaba lo que parecía una corraleja.

En realidad, eran jóvenes ‘manteros’ enfrentándose a otros que en sus brazos sostenían unos cachos para simular un toro.

Freddy Montiel explicó que lo que comenzó como un juego de niños hoy congrega a una comunidad que en su mayoría clama el retorno de las tradicionales corralejas del 20 de Enero, suspendidas por la Alcaldía desde hace cuatro años.

El grupo decidió armar unos 'toros humanos' que si bien no igualan a las reales, tratan de mantener viva la tradición, dijo Montiel.

La idea fue de su hijo Ramón Elías quien para complacerlo decidió simular el redondel encerrado en una cerca de palos de menos de un metro de alto.

Con los días se fueron sumando los vecinos del barrio e incluso de sectores cercanos. Los hombres se alternan para agarrar los cachos y hacer las veces de toros mientras otros corren para no ser ‘embestidos’.

'Parece un juego y muchos lo consideran absurdo, pero es el sentir de los sincelejanos, y aunque no sea un toro de verdad, llevamos las corralejas en la sangre y sentimos que el animal está vivo, nos emocionamos', exclamó Pedro Manuel Díaz, quien presta el juego de cuernos para la actividad.

De la hacienda Don Pedro, provienen los ‘toros’ que se jugarán hasta mañana con la colaboración de otros finqueros de la zona. A partir de hoy los 'animales' estarán montados sobre una estructura para ser jalados como una carreta.

Y al mejor estilo de las fiestas tradicionales cuando en Sincelejo se ofrecían los mejores animales, en Vista Hermosa esperan hacer algo similar. Los cachos serán ofrecidos por Marta Bassa y Jairo Molina. También se hará una recepción desde las 11 a.m. donde el menú serán 11 libras de yuca con ajonjolí y picante para que lo degusten los visitantes.

Un 20 de enero como hoy la ciudad estuviera de fiesta con miles de visitantes de la Costa y del interior del país, recordó Montiel.

El abogado Inis Amador, quien por años se dedicó a la organización de la fiesta brava, dice que los amantes de los aficionados pasaron de la alegría a la tristeza.

'Ese es un cuento chimbo que han querido inspirar un grupo de personas que crearon algo que no tiene identidad, que no atrae turismo. El 20 de enero son las corralejas, antes cambiaba hasta la brisa, el vestir y el sentir de la gente', dijo Amador.

Añadió que no solo ha afectado la cultura local sino la economía porque el comercio y el turismo se afectaron.

En cambio, para el historiador Edgardo Támara en estos cuatro años ha comprobado que sin corralejas sí se puede hacer fiestas y hay entusiasmo popular, pero es necesario integrar música y bailes de casetas.

Sin embargo, reconoce que la danza y la literatura han ocupado ese importante espacio de una tradición de 150 años.

A las 3 p.m. la Sociedad Protectora de Animales hará una puesta en escena en la Plaza Olaya Herrera, donde nacieron las corralejas, como una forma de decirle no a esta tradición cultural.