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La parálisis que la mañana de ayer se presentó en la estación de buses de Torcoroma fue la muestra del dolor y el luto que hay entre los conductores de esta empresa de transporte público por el asesinato de su gerente, Édgar Enrique Mejía Montoya, ocurrido la tarde del miércoles en las afueras de la oficina que administraba.

El otro escenario en el que también se vio un ambiente de tristeza fue en la parroquia El Socorro, en Sincelejo, donde los conductores de buses, amigos y familia del gerente se dieron cita para despedirlo en medio de homenajes, que se extendieron por cerca de una hora.

Durante la homilía, el sacerdote envió mensajes de aliento a sus familiares y manifestó que la problemática de inseguridad que se vive en las ciudades 'no puede causar que el amor hacia Dios se acabe'.

Otro de los que se pronunció fue Carlos Javier Mejía Montoya, hermano de la víctima, quien en medio de lágrimas sostuvo que Édgar Enrique desde muy pequeño 'fue grande'.

'Nos dejó un legado de valores, de rectitud, él era un verdadero líder, lastimosamente quienes promulgan el bien son objetivo de la maldad. La justicia tiene que darse', manifestó el hermano, quien dejó en claro que aún se cuestiona muchas cosas de lo sucedido.

Varios compañeros de estudio de la Universidad Tecnologica de Bolívar, donde la víctima del homicidio adelantaba una maestría, también hicieron presencia en la misa en la que extendieron su sentido pésame.

Por último sus empleados pronunciaron palabras en las que recordaron que vieron crecer a Édgar Enrique Mejía al interior de la empresa.

Una vez culminó la ceremonia religiosa, una gran caravana de carros encabezada por los buses de Torcoroma recorrieron la Troncal de Occidente e hicieron una parada en la terminal de transportes, donde hicieron un plantón. Minutos después llegaron a las oficinas de Torcoroma, donde hicieron lo mismo.

Finalmente el sepelio partió hacia el cementerio Los Ángeles, en la vía Sincelejo-Sampués, donde finalizaron los honores.

Por este asesinato fue enviado a prisión Edward Padilla Álvarez, el joven oriundo de Pereira, que fue capturado tras disparar contra el gerente de Torcoroma, en momentos en los que este chateaba por celular en su camioneta.