La Región Caribe es una unidad territorial autónoma; tiene una autonomía en recursos naturales, en vías, en transporte, política y administrativa razones suficientes para creer en ella, según Edgar Martínez Romero, gobernador de Sucre.
Así mismo esto sirve de impulso para creer en su desarrollo en el orden económico, social, comercial, industrial y promoción del recurso humano.
Sucre, el tesoro de belleza sin igual como lo dice su himno, hace parte de la Región Caribe, Martínez asegura que hay que creen en el departamento porque en esta gobernación, el mayor aporte ha sido devolver la credibilidad en el orden local, regional y nacional.
'Es un departamento devastado por la corrupción, por la inercia en materia de desarrollo y emprendimientos sociales desde lo público por lo que nos hemos encargado de devolver la credibilidad en la institucionalidad, la confianza, la transparencia. Sucre ocupa los últimos lugares en el índice nacional porque hay razones poderosas', explicó.
Sin embargo, este territorio tiene muchos potenciales en agricultura, ganadería, minería y comercio, razones para creer en Sucre.
'Esto sumado a los esfuerzos del emprendimiento privado con una gestión pública transparente, creíble y confiable, indudablemente la credibilidad en el departamento será un potencial que no hay duda que nos catapultará como una región de progreso y desarrollo. Esto tanto en su aspecto económico, social y humano', sostuvo.
UBICACIÓN PRIVILEGIADA. Sucre tiene una ubicación geográfica que lo favorece, por lo que puede ser considerado una fortaleza.
Es un eje que se comunica con todo el país, es un departamento atravesado por un sistema vial, de transporte marítimo, fluvial y terrestre que posibilita el desarrollo traducido en los diversos sectores.
Sobre eso hay que apuntar todas las coordenadas para el desarrollo del departamento.
'Que vieran a Sucre como la cenicienta no fue gratuito, eso se lo ha ganado por la incompetencia, la falta de transparencia en la administración pública, pero hoy tiene un nuevo modelo de gobierno, un mandatario que ha sido capaz de devolver la idoneidad de la administración pública en Sucre, por lo que vamos a superar los calificativos adversos y esos karmas que nos indican de corruptos, de incompetentes'.
Sucre tiene otro horizontes, otras competencias, derroteros fundamentados en la transparencia, indicó.
El plan de desarrollo Sucre Progresa en Paz, tiene como eje central para el desarrollo del departamento, una ruta competitiva en turismo a través de varias acciones: su fortalecimiento, el desarrollo de alianzas públicas y privadas para mejorar la misma y la implementación de paquetes turísticos, a partir de los distintos segmentos de negocios en artesanías, gastronomía, FoodServices y atractivos naturales.
Igualmente, en el tema de infraestructura turística se plantean desarrollos como el Centro de Eventos del Golfo de Morrosquillo, los cinco paradores turísticos construidos y operando en San Onofre, Colosó, Toluviejo, Morroa y Sampués, el museo itinerante para la divulgación del patrimonio histórico y cultural del Golfo de Morrosquillo, el desarrollo y construcción de, al menos, un parque temático y el diseño y construcción del muelle turístico de Tolú.
El departamento cuenta con cinco subregiones, que tienen una morfología especial en cuanto al turismo que se puede desarrollar y practicar en cada una de ellas.
La más antigua y conocida es el turismo de playa y deportes náuticos que se observa en la zona del Golfo de Morrosquillo, que tiene epicentro en poblaciones como Tolú, Coveñas, San Antonio de Palmito, Toluviejo y San Onofre, donde, además, existe un epicentro mar afuera de desarrollo coralino, considerado como el más extenso de la plataforma continental colombiana.
En esta subregión se presentan oportunidades de desarrollo de turismo ecológico y natural, en la Reserva Natural Sanguaré, el Cerro de Montecristo y la Cueva Verde, estos últimos en jurisdicción de Los Palmitos.
Existen varios emprendimientos turísticos de deporte náutico y software para el turismo en la región del Golfo de Morrosquillo.
Se han conocido visitas de estudiantes aficionados provenientes de la Universidad de Stanford en California, quienes hacen viajes anuales para promover actividades de deportes náuticos en esta zona, que definitivamente indican la posibilidad de un desarrollo turístico que no requiere de mucha inversión, pero sí de mejorar ciertas facilidades locativas en esta región.
En esta subregión también existe un núcleo gastronómico, basado en comida de mar, que, al desarrollarse, puede generar una ruta de comida gourmet.
Mar afuera existe el archipiélago San Bernardo, donde existen las islas de Boquerón, Palma, en la que ya hay un resort muy exclusivo; Decamerón, Panda, Mangle, Ceycén, Cabruna, Tintipán, Maravilla y Múcura, que cuenta con un resort pequeño y de descanso total y un islote artificial llamado Santa Cruz del Islote, de creación artificial, hoy calificada como la isla más poblada del mundo.
La segunda subregión es la de los Montes de María, que abarca Sincelejo, Ovejas, Chalán, Morroa y Colosó, donde se mezcla el turismo natural en las poblaciones de Colosó y Chalán con el turismo artesanal originado en Morroa, municipio este del que ya son famosas, a nivel nacional, sus hamacas y morrales de fina factura, que bien pueden comercializarse en el país y en el exterior, donde ambos productos son muy apreciados.
La tercera subregión es Sabanas, pródiga en municipios como Betulia, Buenavista, Corozal, El Roble, Galeras, Los Palmitos, Sampués, San Pedro y Sincé. Se destaca aquí el desarrollo artesanal en Sampués, donde existe una producción basada en cañaflecha que, como material, sirve para la elaboración de sombreros, carteras, objetos para mesa, cubierta para muebles, vestidos de fantasía, etc., y que Artesanías de Colombia ha mostrado desde mucho tiempo atrás en su Casa Colombiana, ubicada en el Parque de los Artesanos en Bogotá, y que son de una calidad y elegancia dignas de venderse para las mejores residencias en sitios como New York y París.
La cuarta subregión es la del San Jorge, donde están Caimito, La Unión, San Marcos y San Benito Abad, destacándose este último por su turismo religioso, donde se realizan muchas peregrinaciones anualmente por los milagros del Cristo de San Benito Abad, pero donde no se cuenta con los mínimos de infraestructura y dotación turística que permitan mejorar la afluencia de devotos, en especial en épocas del año como Semana Santa, por falta de capacidad hotelera y turística. Finalmente, está la subregión de La Mojana, donde, en el tiempo de mejorarse sus condiciones hídricas, se pueden desarrollar núcleos de turismo fluvial imposibles de promover hoy
'De manera que sí somos un potencial y está concebido ese proyecto de articular el turismo como generador de recursos y de potencialidades de desarrollo', concluyó Martínez.