Monseñor José Clavijo Méndez, obispo de la Diócesis Sincelejo, llamó este Domingo de Ramos a la mesa de negociación entre el Gobierno y el Eln en Quito a un diálogo 'muy sincero', que responda a la esperanza de los colombianos.
El jerarca celebró que la reanudación de la negociación se haya dado en vísperas de la Semana Santa y esperó decisiones, tanto de los delegados del Gobierno como de la guerrilla.
'Las dos partes que dialogan tienen que ceder algo, pero también tienen que comprometerse a algo; si no, no hubiera diálogo, fuera un monólogo en el que uno escucha y otro habla. Siempre en un diálogo de paz cada uno debe estar dispuesto a sacrificar mucho, ojalá todo, toda su posición, toda su agresividad, toda su violencia', consideró el obispo al término de la misa que presidió en la Plaza Olaya Herrera, junto a la Catedral San Francisco de Asís.
Clavijo agregó que estos días llenos de evangelio, reflexión y contemplación son una invitación a imitar a Jesucristo, 'que prefirió dar su vida en la cruz, antes que devolver mal por mal'.
Minutos antes, en la homilía, el prelado llamó a los fieles a que, en lugar de tramar una venganza interna contra quienes les hacen daño, oren por estos últimos para demostrarles que lo que han logrado es un bien al permitirles sufrir como Cristo.
'Tenemos que ver en ese enemigo, si algún día nos ocurre tener un enemigo así, a Pilato, a Judas, a Pedro, al que salió corriendo y dejó solo al Señor; a todos los que de alguna manera gritaron, vociferaron, se rieron y ridiculizaron', sugirió el líder católico.
El obispo recorrió cerca de dos kilómetros con centenares de fieles que batían sus ramos de olivo y palmas, acompañando una imagen de Jesús sobre un borrico para conmemorar la entrada de Jesús a Jerusalén.
'El día que yo no devuelva mal por el mal que me hacen, el mundo mejoró. Y si eso lo logramos toda una comunidad, toda una parroquia, pues, imagínense ustedes el bien tan grande que le hacemos al mundo. Se acabará la violencia y no tendremos que tener tanta Policía que nos vigile, porque todo mundo se portará maravillosamente', sostuvo el pastor.
Clavijo enfatizó en que este es un cambio urgente que el mundo necesita porque 'vivimos un ambiente muy caldeado, muy violento, todo mundo a la defensiva del otro, todo mundo mirando con sospecha'.
'Nos hemos acostumbrado a vivir así, todo mundo para nosotros se vuelve un enemigo potencial. Y si alguien nos dice una cosita mínima, nos vamos poniendo a la defensiva y respondemos con dos piedras, porque el pecado se manifiesta así', concluyó monseñor, quien recordó que Jesús no había devuelto insulto por insulto ni amenaza por amenaza.