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Una mesa de trabajo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Vivienda puede ser la salvación del Arroyo Grande de Corozal y de la culminación de la interminable laguna de oxidación de Sincelejo.

El objetivo de los alcaldes de Corozal, Andrés Vivero León, y del de Sincelejo, Jacobo Quessep Espinosa, es que se implemente una bolsa común en la que se formule un macroproyecto con impacto regional que contemple la financiación y ejecución de manejo de aguas residuales en municipios vecinos como Morroa, Corozal y Los Palmitos.

En la práctica esto vendría siendo una extensión de lo que se ha hecho desde 2001 cuando comenzó la construcción de la laguna, es decir, la segunda fase de saneamiento básico, la que hoy funciona en un 15 %, la misma con la que se pretende descontaminar al Arroyo Grande de Corozal.

El procurador delegado para Asuntos Ambientales y Agrarios, Gilberto Augusto Blanco Zúñiga, participó este jueves en una reunión con los mandatarios. Aunque no quiso dar declaraciones a la prensa, conoció de cerca todo el engranaje del proyecto que ha tenido más escándalos que agua limpia.

Quessep le explicó al funcionario nacional que en un 85% avanza la fase tres del proyecto que busca sanear el Arroyo Grande de Corozal y que en Sincelejo se ve reflejado en la construcción y puesta en marcha de diferentes colectores, un sistema de bombeo, el sistema de tratamiento y la laguna.

Agregó que espera que la laguna estará en los próximos días funcionando en un 60%.

Por su parte el alcalde de Corozal, Andrés Vivero León, señaló que con el saneamiento del Arroyo Grande de Corozal se busca evitar que se vea afectado uno de los sectores de recarga del acuífero de Morroa, además de generar una mejor agua potable que beneficia a los municipios de la Sabana y por ende mejores condiciones de vida en el Arroyo.

El valor inicial de la laguna de oxidación fue de 23 mil 431 millones de pesos y tuvo una adición de 11 mil 284 millones.

El plazo inicial de ejecución era de 7 meses, pero luego hubo dos aplazamientos: primero de tres meses y luego de un año y tres meses. Ahora se espera cuánto ha invertido la actual administración en el proyecto que parece no tener fin.