Entre recuerdos tristes y sueños esperanzadores, una Navidad diferente se teje en Pichilín, corregimiento de Morroa.En el pueblo unen fuerzas y dan vida a figuras coloridas que contrastan con el lúgubre 4 de diciembre de 1996 cuando las Auc entraron al pueblo para masacrar a 12 campesinos.
Por eso ayer, cuando se cumplieron 23 años de la masacre, la fecha estuvo llena de ilusiones que han llegado entre lana, agujas y otro material llamado camba.
Treinta pobladores, la mayoría mujeres, se reúnen 23 años para tejer manualidades navideñas con las que han aprendido, más allá de los adornos, que punto por punto, paso a paso, es posible reencontrarse; que les arrebataron a los suyos, pero no que ellos significan para el pueblo. En tiempo presente, porque, al decir de la canción, 'no se han ido del todo'.
La experiencia del tejido nació con la disposición de los pobladores de ampliar sus conocimientos mediante una estrategia que desplegó en la zona un programa llamado Próspero Social, de la empresa Electricaribe, en alianza con el Sena.