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La pandemia del coronavirus llegó para cambiarle la vida a todos y transformar todo, incluso las costumbres religiosas que en esta Semana Santa no tendrán procesiones, solo una misa por día y a puerta cerrada sin público.

La celebración de la pasión, muerte y resurrección del Señor no será la misma en ninguna parte del mundo. Es una experiencia nueva, en 40 años de nazareno que experimentará Argemiro de Jesús Pacheco Támara, el coordinador de los 36 nazarenos activos y voluntarios con que cuenta la Catedral San Francisco de Asís, en Sincelejo.

Este hombre que desde los 22 años empezó a servir en la Iglesia Católica asegura que es primera vez que en 40 años no ayuda en la organización de las procesiones de la Semana Santa y no lo hace por voluntad propia, sino porque las condiciones del país y el mundo se lo exigen.

'Esto me hace falta. Es una época en la que estamos muy ocupados coordinando todo lo de la Semana Mayor, las 8 procesiones. Limpiando y arreglando las imágenes religiosas y los pasos y ver que ahora tenemos que estar en casa, sin hacer nada es muy extraño, me hace mucha falta', anota el nazareno que ahora se dedica a orar desde su casa para que la pandemia se pase rápido.

A los nazarenos que coordina Argemiro también se les truncó con esta situación el estreno de un vestuario para el que la Catedral ya les había mandado a tomar las medidas.

'No perdemos las esperanzas en que esos nuevos vestidos los vamos a usar en las otras procesiones que vienen como la de la Virgen del Carmen, del Sagrado Corazón de Jesús y otras más', anota este nazareno a quien desde pequeño su mamá le inculcó la fe en Dios, ese Dios que en su criterio lo ha salvado de todo y le ha ayudado en todo.