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Cuando Rafael Carrascal Márquez y 17 jefes de hogares campesinos del corregimiento Las Piedras, en Toluviejo, iniciaron en el 2010 la lucha por recuperar 220 hectáreas del predio Parapacá, en zona rural de Morroa, vieron remota esa empresa, pero no se arredraron y siguieron adelante.

La espera dio sus frutos, pues el año pasado, 10 años después, vieron hecho realidad ese anhelo.

Les llegó en la que para muchos es la mejor época del año: la Navidad, por lo que consideraron este como el mejor y más esperado de sus regalos.

La Unidad de Restitución de Tierras, representada en Sucre por Mileth Agámez López, les entregó los títulos de esos predios que en los años 90 les otorgó el entonces Incora para producir y subsistir, pero en los que solo estuvieron menos de 15 años, porque la violencia los hizo salir a las carreras.

Sincelejo, Cartagena, Bogotá, Venezuela y su natal corregimiento Las Piedras les sirvieron de refugio durante estos 10 años.

Afrontaron muchas situaciones difíciles, permanecieron en estos lugares trabajando la tierra, pero no la propia, pues ellos quedaron sin nada.

'En Parapacá llegamos a tener más de 100 hectáreas sembradas y más de 300 vacas dando leche a diario, y todo lo tuvimos que vender'.

Recuerda que la hectárea, que valía entre 8 y 10 millones de pesos, les tocó venderla a 900 mil pesos.

Rafael aclara que sus intenciones y las de sus demás amigos campesinos nunca fueron las de recurrir a las vías judiciales, pero la Ley 1448 que creó el Gobierno nacional los llevó a ello.

'Si no hacíamos justicia por lo que nosotros luchamos y luego vendimos a precio de huevo, entonces se las iban a entregar a otras familias', remata este campesino que no necesitó formación universitaria para ser un curtido en temas del campo.

Corría 1990 cuando Rafael Carrascal, los hermanos Antonio y Anselmo Martínez Carrascal y Carlos Arturo Pérez Salcedo, entre otros, trabajaban de manera provechosa las tierras que el entonces Incora les otorgó a ellos al salirse y/o liquidarse la Empresa Comunitaria El Totumo, que para ese entonces integraban 40 familias que tenían 465 hectáreas.