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Con la voz pausada, como sin fuerza, pero con contundencia en sus relatos, se presentó ante la Justicia Especial para la Paz (JEP) el coronel retirado del Ejército Luis Fernando Borja Aristizábal, quien fuera el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre con sede en el municipio de Sincé y con jurisdicción en poblaciones de los departamentos de Sucre y Córdoba. 

Esta unidad, que nació en 2003 para enfrentar el accionar de la entonces guerrilla de las Farc, se convertiría, con el paso de los años, en una máquina para procesar ejecuciones extrajudiciales o ‘falsos positivos’.

De allí que le atribuyen –y así lo han reconocido varios de sus integrantes– la autoría en la desaparición y muerte de 11 jóvenes del municipio de Toluviejo.  

El dolor en las familias de los muchachos por estos hechos que están próximos a cumplir 14 años es aún mayor en Ada Luz, la madre de Evin David Paternina, el único que era menor de edad, que tenía una discapacidad y cuyo cuerpo aún no aparece.

Del resto, es decir, de Carlos Alberto Valeta Jiménez, Luis Alberto Pérez Mercado, John Jairo Colón Ayala, Frank Arley Padilla Bandera, Luis Fernando Mejía Vides, Déimer Hoyos Rodríguez, Cristian Vergara Osuna, Miguel Jiménez Chamarro, Julio Rafael Julio Olivero y Bernardo Patrón Viloria, sus familias pudieron sepultarlos dignamente. 

En el primer encuentro del coronel (r) Luis Fernando Borja Aristizábal con la JEP, que fue una audiencia virtual a la que pudieron acceder las familias víctimas de Toluviejo, este aseguró que del caso del menor Evin David Paternina saben quiénes para la época, julio y agosto de 2007, estaban en el Gaula del Ejército de la Brigada 11 con sede en Montería. A ellos les atribuyó ese hecho.