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Tuvieron que transcurrir más de 26 años para que los entonces guerrilleros de las extintas Farc le hicieran saber al mundo entero que la acción terrorista del burro-bomba que cobró la vida de los 11 policías que cuidaban el municipio de Chalán la noche del 12 de marzo de 1996 fue de su autoría y que nadie del pueblo tuvo que ver en ello.

Junto a este acto de reconocimiento que, por demás limpia la imagen de Chalán que desde entonces fue estigmatizado como un pueblo guerrillero, los excombatientes le pidieron perdón a las víctimas por este y lo demás hechos violentos cometidos en esa población de los Montes de María.

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición que en Sucre coordina Eduardo Porras Mendoza, fue la que hizo posible, con su equipo de trabajo, que este acto de reconocimiento que terminó con el perdón y el abrazo entre víctimas y victimarios fuera posible.

El primer señalamiento que tuvieron los chalaneros tras el estallido del burro-bomba provino de la Policía Nacional que en la voz de su entonces subdirector, general Luis Enrique Montenegro Rinco, los calificó de cómplices por no informar sobre la presencia de los guerrilleros que masacraron a los uniformados.

Para muchos en el pueblo ese ataque guerrillero, pero no con esas dimensiones, estaba advertido y varios hechos similares lo habían antecedido, entre ellos el hostigamiento del 5 de diciembre de 1.995 que los policías lograron repeler.