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La Mesa Sucreña por la Paz, espacio de coordinación y articulación de la sociedad civil de Sucre, repudió que “los criminales no escucharon ni atendieron el clamor y solicitud de respeto por la vida” de Armando Rivero Manjarrez, a pesar de que se dedicó a formar seres humanos nuevos, como educador y promover la alegría, la convivencia y las buenas relaciones sociales como gestor cultural.