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Yofran Orozco Perea, el hijastro del rector y gestor cultural del departamento de Sucre, Armando Luis Rivero Manjarrez, renunció a su derecho a guardar silencio y reconoció su participación en la desaparición y muerte de este.

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Durante el fin de semana el procesado se sometió voluntariamente y en compañía de su abogado a un interrogatorio bajo la gravedad del juramento ante la Fiscalía General de la Nación y confesó los hechos ocurridos el viernes 12 de julio, y en esta mañana del 15 de octubre, en la continuación de la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento hizo pública su responsabilidad.

Yofran, que convivió desde su adolescencia bajo un mismo techo con el profesor Armando en la ciudad de Sincelejo por ser este el compañero sentimental de su mamá Juana Perea, leyó en la audiencia de esta mañana del martes 15 de octubre lo que él mismo dijo haber escrito y que inicia con el pedido de perdón a su mamá Juana, de quien aduce es también víctima, y aclara que ella no es responsable de los hechos como tampoco lo es su hermana Tania, pero sí lo es él y por eso está dispuesto a pagar con prisión. Precisó que espera que a su mamá, que también está detenida, le reconozcan su calidad de víctima.

“Buenos días. Mi nombre es Yofran Orozco Perea, quiero aprovechar esta oportunidad para pedirle perdón público a mi madre, a Dios, al gremio de docentes de Sucre, a toda mi familia, al pueblo ovejero, a la Institución Educativa Gavaldá en todos sus estamentos estudiantes, cuerpo administrativo y docente, en especial con el corazón en la mano a toda la familia de quien en vida era conocido como el profesor Armado Rivero Manjarrez. Aprovechando la oportunidad que hoy se encuentran representados por su hermano Jeans Julio Manjarrez a quien extiendo mis más sentidas condolencias”.

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Y agregó que “cabe aclarar que este homicidio no quedará impune. Que todas las personas que participaron para su ejecución, incluyéndome, pagaremos el precio de nuestro error con una condena significativa en establecimiento de reclusión intramural. Y quiero aprovechar esta oportunidad que me ha conferido usted su señoría para dejar no solamente el nombre del gestor social y docente Armando Rivero Manjarrez en alto sino que también quede en voz pública la total y absoluta inocencia de mi madre Juana Yaneth Perea Amud, de mi hermana Tania Marcela Orozco Perea, las cuales jamás participaron y mucho menos ocultaron algún suceso relacionado con este homicidio. Ella también es víctima y quiero y espero que se le reconozca tal condición. Espero el perdón, principalmente de Dios y de todos ustedes”.