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Más allá de haber empobrecido a la otrora despensa agrícola de Colombia, como se le conoce a la Mojana, la cruel ola invernal que azota a esta zona del sur del departamento de Sucre desde agosto de 2021 también ha tenido un gran impacto negativo en la educación.

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Esto no solo se evidencia en que las escuelas quedaron bajo las aguas y otras sin acceso y más debilitadas y empobrecidas que antes, sino porque el número de estudiantes se redujo, reinó la deserción.

De este fenómeno que no le conviene al departamento ni a las escuelas porque les reduce los recursos que les destina el Ministerio de Educación por atención a cada estudiante da cuenta Reinaldo Meza Vital, el rector de la Institución Educativa La Sierpita, en el corregimiento La Sierpe, del municipio de Majagual, donde llevan cuatro años graduando bachilleres en medio de las aguas desbordadas del río Cauca.

CortesíaEn estas condiciones se encuentra la Institución Educativa La Sierpita, completa cuatro navidades entre las aguas.

Tres estaderos de la zona, entre ellos Los Ranchos, se convierten de lunes a viernes en horas de la mañana en aulas de clases desde hace 4 años y mensualmente las directivas docentes deben pagar por ese arriendo 500 mil pesos por estadero, donde además realizan las ceremonias de grado.

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Desde que Cara’e gato se rompió, las escuelas se inundaron. En el tiempo seco las aguas siguieron allí alojadas y por eso no ha sido posible el retorno a los salones porque “muy seguramente están debilitados y muy sucios. Corremos el riesgo de que algunos se desplomen y ocurra una tragedia”, dice el directivo docente que lleva 32 años en esta zona del sur de Sucre.

El rector Reinaldo Meza se une a las miles de voces que claman porque el cierre de Cara ‘e gato se produzca pronto para ellos poder retomar sus clases en los sitios indicados. Además él está dispuesto a trabajar no solo en la recuperación de la infraestructura de las escuelas, sino también en la de los estudiantes.

“Tuvimos una pandemia y después nos afectó el invierno que no nos ha dejado trabajar muy bien. La deserción escolar ha sido alta. En este 2024 hemos tenido que liberar maestros porque eso impacta negativamente en las cargas académicas. Necesitamos que se cierre Cara ‘e gato para que esta zona sea recuperada en todos sus aspectos. No hay cultivos, no hay ganadería, no hay flora ni fauna, todo se ha perdido por culpa del invierno”, dice el rector.

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Relata además que hubo padres de familia que se llevaron a sus hijos a estudiar a San Marcos y otros para Sincelejo, donde hay zona seca y sin los problemas que abundan en la Mojana y de los que no hay esperanzas de resolverse, porque el Gobierno nacional a través de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres se muestra renuente al cierre de ese boquete que tiene más de 60 metros y que pese a estar en un tiempo seco no se ha aprovechado para adelantar, al menos, las obras de mitigación de emergencias que anunció el director Carlos Carrillo Arena desde principios de septiembre, cuando además dieron por terminado el contrato de $130 mil millones que ejecutaba el Consorcio RCG.

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La Institución Educativa La Sierpita pasó de tener 586 estudiantes a 480 en este 2024. “Con esa baja de estudiantes está peligrando el cargo del coordinador y muy probablemente de dos maestros también y ya serían 4 en el último año”, precisa Reinaldo Meza.

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De acuerdo con el reporte del Sistema Integrado de Matrícula (Simat) del sector oficial de Sucre, que abarca a 25 de los 26 municipios, en el 2023 hubo 129.409 estudiantes y en este 2024 cerraron con 125.530, es decir, con 3.879 estudiantes menos, lo que equivale a un 3,00%.

El panorama de reducción en las poblaciones de la Mojana fue el siguiente: en el municipio de Guaranda pasaron de 3.803 alumnos en el 2023 a 3.765 en el 2024; en Sucre-Sucre, de 5.055 a 4.913, y en Majagual, donde está la Institución Educativa La Sierpita, tenían 9.353 alumnos en el 2023 y cerraron el 2024 con 8.998, es decir, con 355 estudiantes menos, de allí que el rector Reinaldo Meza advierta de la alarma que puede dejar a maestros sin empleo.

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En el municipio de Caimito hubo una reducción de 79 estudiantes al pasar de 2.712 en el 2023 a 2.633 en el 2024; en La Unión había 2.708 y bajaron a 2.576; en San Banito Abad pasó de 5.596 a 5.395, mientras que la mayor deserción se vio en el municipio de San Marcos que pasó de tener 12.109 alumnos en el 2023 a 11.532 en el año que culmina. Estuvieron por fuera del sistema 666 estudiantes de los que las autoridades del sector educativo de Sucre no saben con certeza dónde están porque en todos los municipios no certificados hubo reducción de alumnos.

La Secretaría de Educación Departamental inició una campaña de búsqueda de estudiantes casa a casa para que en el 2025 mejore la cobertura.

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Una maestra para seis cursos

Otra de las realidades de la educación en la Mojana se evidencia en el Centro Educativo Tanga Sola, ubicado en la vereda que lleva el mismo nombre en el municipio de Caimito, donde hay una maestra para atender a los estudiantes de pre-escolar hasta quinto de primaria. En el 2024 educó a 40 niños. Mileidys Ortega, una exalumna, dice que la profesora Denis Cuello distribuye su tiempo de formación en seis aulas en las que hay entre 4 y 10 alumnos.