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Siete días después de que sicarios acabaran con la vida de los comerciantes Eufredo Pigüave y Andrés Loaiza en el interior del Gran Centro El Parque, en pleno corazón de la ciudad de Sincelejo, la Iglesia Católica realizó una misa de desagravio y reparación en ese lugar.

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A la cita que convocó el párroco de la Catedral San Francisco de Asís, presbítero Salvador Rivera Barriosnuevo, acudieron los comerciantes de este sitio y algunos compradores que acompañaron a este gremio de la producción que está sumergido en el dolor y el miedo por lo ocurrido.

También acompañaron a los familiares de las víctimas, entre ellos menores de edad, que protagonizaron conmovedoras escenas de dolor.

EL HERALDO

Finalizada la misa los comerciantes invitaron al sacerdote a llegar hasta el lugar donde fueron atacados a balazos sus amigos y allí el párroco elevó una vez una oración por el eterno descanso de los fallecidos, regó agua bendita y le pidió a los autores del hecho que se arrepientan y vuelvan sus vida a Dios.

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“Ten piedad de ellos Señor. Ilumínalos y asístelos para que vuelvan a ti Señor, postrados a tu presencia reconozcan todo lo que hacen y ante todo vuelvan al Dios de la vida”, expresó el párroco en presencia de los familiares de las víctimas Eufredo Pigüave y Andrés Loaiza.

El presbítero sostuvo que era necesario realizar la eucaristía la tarde de este viernes 14 de marzo con la intención de desagravio y reparación “ante una vida destruida, la vida que es un don sagrado del Señor para nosotros y ha sido arrebatada en dos señores comerciantes, amigos y hermanos del centro comercial y en una actitud de cercanía como Iglesia, como instrumentos del Señor, queremos decirles que estamos con ellos en solidaridad y que el Dios de la vida siga siendo el rey, no la muerte. Y estamos entonces para decirles hermanos cuenten con nosotros”.

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Reiteró el llamado a quienes quitan la vida, a quienes eliminan a otros, para que se arrepientan ante Dios, se arrodillen ante él y “puedan decir Señor ten piedad de mí, vuelvo a ti en tu presencia para no volver a cometer estos crímenes. Busquen al Dios de la vida y no se dejen llevar por el reino de la muerte”.

Mientras se desarrollaba la misa en los locales comerciales, en especial del primer piso, pararon sus labores.