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“Cierre ya que estamos de luto por la muerte del patrón”, fue el mensaje que hombres a bordo de motocicletas llevaron desde antes de finalizar la tarde del sábado a locales comerciales del departamento de Sucre y desde entonces no han vuelto a abrir sus puertas.

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Cantinas, bares, billares, discotecas, licoreras y hasta tiendas de barrios están cerradas desde antes de las 6:00 de la tarde del sábado por una orden que, además, tiene atemorizada a la ciudadanía que permanece en sus casas, por lo que en las calles reina la soledad.

“Llegué al Centro y sentí tanto dolor al recordar la época solitaria de la pandemia del covid-19″, dijo una mujer que fue al Centro de Sincelejo a comprar en un almacén de cadena porque en las tiendas de barrio de la zona norte, donde habita, las esteras están abajo.

Tres conciertos musicales que debían realizarse en dos discotecas y en un centro de eventos de Sincelejo fueron cancelados por temor a represalias por parte del Clan del Golfo tras la muerte de alias Chirimoya, uno de los jefes de esta organización que tuvo en Sucre su radio de acción.

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Los primeros establecimientos en cerrar sus puertas fueron los ubicados en La Variante a Tolú, El Maizal y la Avenida Argelia. Esta situación se hizo extensiva en los municipios de San Onofre, Corozal, Sincé, Coveñas, Sampués, Los Palmitos, Tolú, Toluviejo, Ovejas, entre otros.

Esto ocurre luego de que circulara un supuesto comunicado del Clan del Golfo anunciando el inicio de un paro armado y en el que exigía, además, el cierre de todos los establecimientos nocturnos. En el documento se lee que también se restringe la movilidad de vehículos particulares, motos, transporte nocturno.

Autoridades no se han pronunciado sobre la veracidad de este comunicado.

Rechazo

El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPHD), capítulo Sucre, se pronunció a raíz de estos hechos a través de un comunicado en el que asegura que “es profundamente preocupante que actores armados ilegales continúen ejerciendo control territorial y social mediante el miedo, afectando no solo la seguridad de la población sino también le economía local, especialmente sectores populares donde muchas familias dependen del comercio informal y formal para subsistir. El uso del terror para imponer restricciones es inadmisible y vulnera gravemente el Estado Social de Derecho”.

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Hizo un llamado urgente a las autoridades para que refuercen las medidas de seguridad.

Comité Permanente para la Defensa de los Derechos HumanosComité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos rechaza amenazas a establecimientos comerciales en Sucre.

Magdalena Medio

En el Magdalena Medio, varios comercios cerraron sus puertas ante las amenazas de los integrantes de esta organziación criminal.

Además, se registraron algunos tiroteos en municipio como Cantagallo, en el sur de Bolívar, una zona de expansión del EGC.

De acuerdo con la Fundación Ideas para la Paz, FIP, con la muerte de ‘Chirimoya’, el Clan del Golfo “pierde al líder de su bloque más fuerte y en expansión: el Arístides Mesa Páez, con más de 2.000 integrantes y presencia en el sur de Bolívar, Sucre, Atlántico y Santander”.

“También paraliza la mesa de diálogo con el Gobierno”, explicó el observatorio.

En la actualidad, el Clan del Golfo es el grupo armado más numeroso del país.

De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, desde el 2018 el aumento de sus integrantes ha sido del 95 %.

“Pasó de tener influencia en 179 municipios de 10 departamentos, a estar en 238 municipios de 16 departamentos. En 2018 tenía cuatro bloques y 22 frentes, hoy tiene seis bloques y 34 estructuras. Hoy sus principales zonas de expansión son Chocó, el Magdalena medio, sur de Bolívar y la costa Atlántica”, indicaron las autoridades.

Según el Ministerio de Defensa, alias Chirimoya era el jefe del grupo Arístides Mesa Páez, que tiene disputas violentas por rentas del narcotráfico y la minería ilegal en el norte del país con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las paramilitares Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN).

“No hay lugar donde se puedan esconder los criminales que asesinan, que desplazan, que reclutan criminalmente a nuestra población en Colombia”, dijo el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez.