Sincé, Sucre. Una de las fiestas más tradicionales y que más público reúne alrededor de las corralejas, comenzó ayer en Sincé.
La Plaza de Toros del Socorro reúne a 6.000 espectadores cada año. Por estas fiestas han pasado varios ministros, gobernadores y alcaldes que llegan atraídos por los toros. Este año, en su primer día, las corralejas dejaron cuatro personas heridas, dos de ellas menores de edad, reportaron los organismos de socorro.
El lote donde se construye anualmente la corraleja desde 1981 fue comprado por 17 ganaderos del municipio, que atendieron el llamado del párroco Daniel Ayola, quien se quejaba de los malos olores y las basuras que se acumulaban en el Centro, antigua sede, después de cuatro días de festejos.
José Rodríguez Acosta, locutor, compositor y gestor cultural de Sincé, es uno de los que ha recopilado todos los sucesos ocurridos en esta fiesta brava.
Algo de historia
En 1890 se celebró la primera fiesta en honor a la Virgen del Socorro.
Contrario a lo que muchos piensan, durante los 124 años de tradición, han muerto 12 personas en las corralejas, 7 cuando los toros se lidiaban en el Centro donde hoy se encuentra el Parque Simón Bolívar y tres desde 1981 en la Plaza de Toros El Socorro.
En la arena de Sincé murieron el torero Jesús Manuel ‘el Indio’ Salguero, embestido por el toro ‘el Guerrillero’, el 13 de septiembre de 1985. El animal era de propiedad del ganadero Rafael Ramírez.
Otra de las víctimas fue el reconocido amarrador Manuel Vicente Arroyo, quien murió el 16 de septiembre de 1997 tras ser corneado por un toro de los hermanos Barguil.
Pablo Carmelo Ramón Castro, músico de la Banda 8 de Septiembre de Sincé, murió aplastado por un toro a la salida de la corraleja cuando era estaba embarcado en un camión por sus cuidadores.
Fiestas continuas
Uno de los datos que más enorgullece a Rodríguez es que estas fiestas nunca han sido suspendidas sino aplazadas.
En 1952 se fijaron para el 27 de diciembre por la muerte del sinceano Luis Merlano Ucrós, ocurrida el 15 de julio de ese mismo año.
En 1972 y el 2010 también fue celebrada en diciembre. En el primer caso por razones políticas y en el segundo, por el invierno que azotó a la región.
Pese a la oposición de las corridas de toro en muchas zonas de Colombia, como ocurre en Bogotá, Sincé abrió ayer sus puertas para recibir a centenares de espectadores.
'Es una historia de bravura, adrenalina y licor de hombres y mujeres que saben que si saltan al ruedo a enfrentarse al toro, están expuestos a a un riesgo mortal', asegura Ana Raquel De la Ossa de Soto, una de las sinceanas que cada año regresa a su tierra a reencontrarse con sus familiares, y por supuesto con la tradición.