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Finalizaron las fiestas en corralejas en honor a la Virgen del Socorro y con ellas 25 personas resultaron heridas, 18 caballos muertos y otros 23 lesionados y con la posibilidad de morir dada la forma precaria en las que fueron atendidos al salir del redondel. No en vano la Sociedad Protectora de Animales pidió que estas actividades no se realicen más.

Pese a la polémica que ha suscitado esta práctica, la alcaldesa de Sincé, Mara Merlano Espinosa, aseguró que 'jamás se le ha pasado por la cabeza acabar con una tradición que representa la cultura de los sinceanos a nivel nacional'.

Aclaró que en las próximas fiestas bravas tomará los correctivos para evitar que se sigan presentando cifras tan alarmantes de caballos muertos y personas heridas como ocurrió durante esta temporada.

'Las personas al entrar a la corraleja saben a lo que se están exponiendo, esa responsabilidad es personal, creo que ninguno de los que asistimos a las corralejas nos agrada ver morir a un caballo pero al redondel deben ingresar personas expertas' sostuvo la mandataria.

Una tradición arraigada. Los sinceanos disfrutan de esta fiesta brava viendo desde los palcos cómo sus coterráneos desafían a los toros, mientras otros se deleitan con licor y música en las cantinas vecinas al redondel.

También sacan provecho los vendedores de sombreros, ponchos, comidas, bebidas y quienes se rebuscan con los servicios de parqueaderos y transporte.

No se puede dejar de lado a aquellos que disfrutan descuartizando los caballos muertos, algunos por simple placer, otros para aprovechar su carne y hacerla parte del menú del día.

La alcaldesa municipal defendió esta tradicional fiesta.

José Aguas Martínez fue uno de los que ayudó a 'pelar' un caballo y aseguró que se llevó cerca de 20 libras que fueron preparadas por su mamá y que les alcanzó para alimentarse en los últimos días.

Para David Jiménez, el panorama es otro, como uno de los propietario de los equinos que participaron en las corralejas ve con preocupación lo que sucedió este año con los animales. Atribuye este hecho a la falta de controles por parte de los organizadores ya que no hubo una sola persona que liderara a los garrocheros sino que muchos querían mandar.

'Ingresaron muchos inexpertos recomendados por ganaderos, empresarios y concejales lo que permitía que se presentaran tantas muertes de caballos' expresó Jiménez. Dijo que debe limitarse el ingreso de garrocheros.

En este sentido Brauven León de León, un defensor de las corralejas, aseguró que los responsables de esto son los organizadores.

El veterinario Bernardo De la Ossa, funcionario de la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente, dijo que la administración estuvo vigilante en el puesto donde le prestaron los primeros auxilios a los caballos heridos y que fue contratado por la Junta Organizadora. En ella estaban dos veterinarios.

Añadió que vigiló que los caballos muertos que lograron quitarle a la gente fueran enterrados o quemados. Lo anterior ante las quejas de la comunidad que varios de estos los botaron en algunos lugares cerca de sus viviendas.

El presidente de la Sociedad Protectora de Animales de Sucre, Muffit Salaiman, reiteró que las condiciones en que fueron atendidos los animales no fueron las mejores porque fueron 'quirófanos improvisados'.

Salaiman se comprometió a hacer pedagogía en el municipio de Betulia donde se realizarán las próximas corralejas.