La Policía Metropolitana de Barranquilla adelantó un seguimiento por varios meses contra la mujer, quien, supuestamente, obligaba a una pequeña de 12 años a tener relaciones con adultos.
En uno de los casos la menor era objeto de constantes amenazas por parte del agresor, lo que la llevó a intentar quitarse la vida.
El caso se habría perpetrado en la vereda Sabanetica, del corregimiento Libertad, en San Onofre.
El reconocimiento que hace el Tribunal de los aterradores abusos consumados por su depredador cuando estaba preso rompe el halo de indiferencia que se cerró sobre su tragedia individual y colectiva, alienta su titánica lucha para reconstruir su dignidad pisoteada y alivia de alguna manera su interiorizada aflicción, pero es imprescindible ir más allá. Es una cuestión de mínima justicia, absoluta verdad e indispensable reparación. Si el Estado no las garantiza no será posible evitar que vuelvan a ocurrir. ¿O es a eso a lo que estamos condenados? ¿A no guardar ninguna esperanza en el futuro? Acabemos con tanta hipocresía.
Según las autoridades, los indiciados estarían vinculados a una agresión sexual contra una menor de 12 años.