Con este pacto Estados Unidos se hace cargo de las preocupaciones de los vecinos de Irán, en particular Israel y los países del Golfo Pérsico.
Este pacto de principios se debe desarrollar hasta el próximo 30 de junio, fecha límite para lograr un pacto definitivo que cierre 12 años de disputas.
Mientras el presidente Barac Obama soporta una 'feroz oposición interna', los iraníes reciben como héroes a los negociadores. Entre los dos países hay una historia de 30 años de hostilidad.