La investigación reveló que los acusados intervinieron en reuniones y alcanzaron acuerdos con integrantes de una estructura de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En las llamadas telefónicas que efectuaban decían que eran miembros de las extintas “Autodefensas de Colombia”, AUC, para atemorizar a sus víctimas.
Las víctimas de Pichilín, el pueblo de Sucre donde las extintas AUC realizaron su primera masacre y que Mancuso la reconoció, aún no se han pronunciado.
Según las víctimas del grupo armado, la multinacional “contribuyó a fortalecer su presencia en el Urabá y en el Magdalena y a recrudecer la violencia en la región”.
El exgobernador de Antioquia fue condenado en su momento por parapolítica.