Establecer metas claras y alcanzables es esencial para proporcionar a los empleados un sentido de propósito.
Delegar tareas y no acaparar todo el trabajo puede funcionarle para cumplir una mayor cantidad de objetivos.
Gestionar el tiempo y las emociones puede ser el mejor aliado en esta situación.
Este camino puede estar lleno de altibajos, desde el optimismo por encontrar la mejor vacante, hasta la desilusión.