Según las investigaciones, los tres inmigrantes se fueron para Sarria, en Lugo (Galicia), 'engañados' por la mujer, quien los ponía a trabajar 66 horas semanales y a dormir junto a los animales y a 'ratas muertas'.
El sujeto había salido libre en 2010 tras pagar 21 años de prisión por el asesinato de su exesposa, cuyo crimen, según lo confesó, lo cometió 'porque no podía soportar la idea de vivir sin ella'.
Los psicólogos forenses trabajan con la hipótesis de que la víctima conocía al agresor, aunque todavía no está identificado por las autoridades. El delincuente también robó las pertenencias de la mujer de 42 años, residente en Mataró.