Estos escenarios dependen de la participación electoral, la evolución de las otras candidaturas y de si Gaviria se presenta por un partido.
La democracia política que dicen ejercer nuestros gobernantes, no lo es. Un verdadero gobernante, aún en las peores condiciones y más grandes desafíos, actúa para la sociedad; no la divide, ni descalifica; no discrimina ni persigue el delito adjudicándolo, por voluntad o inconscientemente, a sectores de la población por tener características o perfiles específicos como el ser venezolano.
Alineaciones y partidos van y vienen, pero, hasta hoy, esta “nueva” apuesta de Amaranto tampoco tiene forma.
Porque al final lo que quedó evidente es que una mujer solo puede ser libre, solo puede tener un pasado personal, solo puede ser exitosa.
Esa juventud de hoy es otra cosa: conectados con el mundo porque se sienten ciudadanos universales.