Secuestros, masacres, reclutamiento, homicidios contra lideresas y líderes sociales; conflictos por presencia de actores armados, violencias basadas en género, aumentaron en el primer semestre del año.
Un total de 242 familias, compuestas por 398 menores de edad y 469 adultos, mayoritariamente campesinos e indígenas, han dejado atrás sus hogares tras la muerte de una niña de 4 años.
124 familias han tenido que huir de sus tierras por cuenta del acoso de los grupos ilegales.
De igual manera se exigieron garantías para las familias que tuvieron que ser evacuadas de las zonas afectadas por el fenómeno geológico.
Los indígenas awá denunciaron vivir una nueva crisis humanitaria tras el asesinato de otro miembro de la comunidad en un resguardo de Tumaco, en el departamento de Nariño.